Por mis compañeros

Ser profesional sanitario no es una categoría social, es una categoría humana

Así me digo para mis interiores, cuando mis vecinos y yo salimos a aplaudir a las ocho de la tarde a mis compañeros que trabajan, apenas sin descanso, día a día, para erradicar esta maldita pandemia.

Por mis compañeros, los más cercanos del Centro de Salud El Lugar, y por los más alejados de otros centros y hospitales, sobre todo a los que trabajan en Cuidados Intensivos, los que tienen al enemigo, "la negra legión", acechándoles en el cogote.

Mientras aplaudo busco en mi mente el rostro de ellos -los que conocemos de nuestro Hospital Universitario de Puerto Real y los de Puerta del Mar en Cádiz- y de los que en un pasillo atienden a los enfermos en algunos hospitales de Madrid. Ya se habla de héroes y heroínas, pero no lo son todavía, porque esa categoría la tendrá que otorgar la ciudadanía y el Estado, cuando todo esto acabe. Ahora solo son valientes, que ya es un atributo caro; bravos y sin temor a contagiarse; desprendidos y solidarios.

Son mujeres y hombres codo con codo, sin distinción de categorías profesionales, con el sentimiento del deber en sus venas, en su propia sangre. Viven sin vivir con las emociones contenidas cada vez que cuidan a un enfermo que saben que será otra víctima del coronavirus, o sienten la alegría de ver que ha sanado el paciente por el que tanto han luchado, porque no hay mayor recompensa que ver a tu enfermo sanar.

Es nuestro objetivo principal, nuestra obligación profesional, nuestro deber moral, porque ser personal sanitario no es una categoría social, es una categoría humana. Porque por encima de todo, sin distinción de hombre o mujer, etnia, religión o ideales políticos, está el ser humano. Lo hemos demostrado en estos últimos años, con todo lo que ha caído de banda a banda del camino, y ahora también, en estos días aciagos. Nadie se ha bajado del carro porque estamos dando, mejor que nunca, nuestra experiencia acumulada, nuestro arte y nuestra ciencia, aun a pesar de la fragilidad de nuestra naturaleza. Ya lo dijo Hipócrates: "La vida es breve, largo el arte".

Ahí están, lo vemos todos los días en esas imágenes que deben quedar en la memoria histórica de nuestros conciudadanos y en la Historia de la sanidad española. No son dioses, pero actúan como semidioses; no son invencibles, pero están en el frente de combate ¿Lo veis ahora? ¡No se puede reducir costes en Sanidad, ni recortar personal sanitario, ni desmantelar la Salud Pública, ni permitir que médicos y enfermeros tengan que salir de España para trabajar en otros países! Pero eso será otra guerra a la que tendremos que ir juntos, unidos, con los que hoy nos aplauden: el pueblo, nuestro pueblo soberano. Ah, y no olviden que, ¡este virus lo paramos entre todos!

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios