Análisis

José Antonio Ortega Romero

Los cirios los pago yo

Gracias al esfuerzo que realiza El Puerto Global, cualquier portuense, allá dónde resida, puede ver en directo a través de Facebook los plenos municipales. Creo que es una buena costumbre seguir la actualidad política local desde la fuente directa, como arma contra ciertas noticias intencionadas y poco contrastadas que circulan en las redes.

Se lee en Internet que Levantemos quitaría las subvenciones a las hermandades si gobernase. Afirmación que creo que no se expresó de esta forma y que puede generar confusión en la ciudadanía. Este es el problema de estar continuamente alarmando, al basar la estrategia de oposición en la exageración continua. De tanto alertar de que viene el lobo, llegará el día que venga de verdad y no nos lo creamos.

Aún así, la expresión de la concejala de Levantemos, en mi opinión, no ha sido muy acertada y, sobre todo, obvia el actual compromiso social de las hermandades. La proclama "menos subvenciones para cirios y para flores" rima estupendamente para gritarla detrás de una pancarta, pero como la mayoría de afirmaciones populistas, tienen poca base de realidad.

Para empezar, concretamente los cirios y las flores las pagan los propios cofrades con sus cuotas de hermanos. La contribución pública es simbólica y, de ningún modo, hace posible la existencia de las hermandades.

Como decía, no podemos olvidar la creciente actividad de las hermandades centrada en acción social, con colectivos en riesgo de exclusión como principales beneficiarios. Una labor también sufragada por los hermanos, a través de sus contribuciones o de su trabajo voluntario en ferias, eventos populares, tómbolas en belenes y muchas otras actividades benéficas que no serían posibles sin la generosidad de sus integrantes.

Voy a obviar el manido argumento de la contribución de las hermandades a la economía local. Es un hecho incontestable, pero de ningún modo es la razón de la existencia de estas. Su labor social sí que las legitima y las pone, en algunos casos, al mismo nivel que otras entidades sociales que también contribuyen al bienestar y la igualdad en nuestra ciudad.

El pago o no de subvenciones nunca ha sido un impedimento para que el cofrade desarrolle su fe y sus inquietudes solidarias gracias al ímpetu por ayudar al más necesitado. No todo son cirios y flores en las hermandades.

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