Análisis

carmen pérez

Universidad de Sevilla

Las cifras de la ayuda europea a España

A estas alturas todos sabemos que Europa no nos va a dejar a nuestra suerte, que va a echarnos una mano. Otra vez, porque ya lo hizo en la anterior crisis. La novedad ahora estriba en que la asistencia no vendrá sólo desde el ámbito monetario sino que también se ha orquestado un gran paquete europeo de estímulos fiscales que nos va a beneficiar especialmente. Sin embargo, con todo lo bueno que tiene esto, sólo supone un leve consuelo ante el negro panorama que tenemos por delante. Las previsiones del Banco de España y de otras entidades solventes son cada vez más crudas, intensificando la profundidad del impacto y, lo que es peor, su extensión en el tiempo, y advierten además que puede seguir empeorando. ¡Qué bien nos vendría haber contenido la deuda en 2014 cuando volvimos al crecimiento!

En el ámbito fiscal, tres iniciativas se pusieron enseguida en marcha: el Support mitigating Unemployment Risks in Emergency, SURE, para proteger el empleo, por el que Europa nos va a prestar 21.300 millones de euros; un nuevo programa del Mecanismo Europeo de Estabilidad, MEDE, para ayudar en los gastos sanitarios, en el que España puede pedir un préstamo -aún no lo ha hecho- de hasta 24.900 millones de euros; y un nuevo fondo en el Banco Europeo de Inversiones, BEI, para asegurar la liquidez de las empresas, con el que se asistirá a entidades financieras -como el ICO o Cersa- para conseguir ese objetivo a través de ellas.

Posteriormente, se ha negociado el presupuesto plurianual (2021-2027) por valor de 1,1 billones de euros, que además contará con el apoyo en los primeros años de un fondo de reconstrucción -el denominado Next Generation EU- por 750.000 millones, del que llegarán a España 72.700 millones en forma de subsidio y por el que podrá adicionalmente pedir prestado hasta 67.300 millones de euros.

En total, por tanto, Europa nos va a facilitar -si se solicita al máximo- hasta 186.200 millones de euros para sufragar los gastos que está conllevando la pandemia y desarrollar medidas que ayuden a la recuperación. Pero hay que puntualizar dos aspectos: el primero, que gran parte de ellos serían préstamos -113.500 millones- que hay que retribuir, aunque en condiciones muy favorables, y devolverlos; el segundo, que España recibe un subsidio pero que otros países también: Europa -España incluida- asume una deuda conjunta de 390.000 millones de euros.

Tanto por el volumen de dinero que se está necesitando y se necesitará -recordemos que la deuda pública se elevó sólo en los tres primeros años de la crisis financiera pasada, de 2009 a 2013, en 325.000 millones de euros- como por el plazo de recepción de gran parte de los fondos europeos, que se extenderá hasta 2026, España se enfrenta de nuevo a acudir sumamente debilitada a buscar financiación en los mercados financieros. Y otra vez nuestra supervivencia económica dependerá de que el Banco Central Europeo consiga que no se dispare nuestra prima de riesgo. El repunte inicial que experimentó en marzo fue rápidamente sofocado por la fenomenal bazoka que el BCE ha disparado, pero ¿hasta cuándo podrá sostenernos?, ¿hasta cuándo les será rentable seguir con España a nuestros socios europeos?

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