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Análisis

Marías López (Efe) Roberto Pareja

El juego de tronos en el centroderecha descoloca de rebote a la izquierda Madrid escenifica lo peor de la clase política

El PP trata de recuperar terreno en Madrid con permiso de Vox y entra en guerra con Cs con acusaciones mutuas de traiciónLa alianza socialista con los naranjas inquieta a Podemos Unidas Podemos no tiene nada que temer respecto a la coalición "firme y estable" del Gobierno"

Pp y Cs han abierto un juego de tronos en el centroderecha, que los populares buscan ganar recuperando desde Madrid y, con permiso de Vox, las mayorías absolutas del pasado, en una pugna que, a priori, no debería perjudicar al Gobierno de Pedro Sánchez, pero que termina salpicando a la izquierda y pilla al PSOE sin candidato en Madrid.

PP y Ciudadanos siguieron lanzándose ayer acusaciones mutuas de traición después del lío político que provocó el miércoles la moción de censura en Murcia, donde Cs pactó con el PSOE para sacar al PP del Gobierno, y que tuvo respuesta desde Madrid con la convocatoria de elecciones.

Ambos socios se culpan mutuamente y escenifican un enfado que, sin embargo, buscan ceñir a Murcia y la Comunidad de Madrid, intentando salvar del cataclismo a los gobiernos de Andalucía, Castilla y León y el de la capital de España.

Los protagonistas de esta pugna política -el presidente del PP, Pablo Casado, y la de Ciudadanos, Inés Arrimadas- coincidieron ayer en el acto de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) por el aniversario del 11-M, donde no cruzaron palabra.

Un micro abierto de Televisión Española mostró cómo ha sentado en Ciudadanos el adelanto en Madrid, cuando cazó a la vicealcaldesa, Begoña Villacís, diciéndole a Casado: "Como gobiernen PSOE y Podemos en la Comunidad nos habéis jodido". La convocatoria de elecciones en Madrid era inevitable, según el PP, y una "irresponsabilidad" a juicio de Ciudadanos.

Arrimadas reveló que llamó a Casado tras la moción de Murcia para garantizar la estabilidad de los pactos en Andalucía, Castilla y León y Madrid, mientras que el líder del PP apuntó que la llamada se demoró tres horas respecto a la iniciativa para derrocar a Fernando López Miras.

La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, acusó a Aguado de reunirse con el PSOE "por la espalda" y de preferir "pactar con la Moncloa". Aguado lo negó y calificó el adelanto de "capricho" pues a su juicio la dirigente del PP quiere ser la "reina Sol" o pactar con Vox.

Entre tanto, Casado eleva su apuesta en Madrid. Aspira a una mayoría absoluta de Ayuso, antesala de la unión en España del centroderecha en la "papeleta del PP". Si los demás partidos del centro y la derecha "no han querido" unirse la suma será "por la base".

El PP maneja encuestas internas que le colocan en un 38% de voto, pero es complejo que logren gobernar sin apoyo de Vox. Evitan responder si la convocatoria electoral les acerca a Vox.

Su estrategia pasa además por comerse a Ciudadanos, abriendo sus puertas a dirigentes y militantes a los que Arrimadas deje "huérfanos". Aseguran que ya hay contactos discretos.

Las elecciones de Madrid deben superar aún el embrollo jurídico. La Asamblea de Madrid ha tomado nota de su disolución, pero recurre la convocatoria electoral al entender que las mociones de censura de Más Madrid y el PSOE están en trámite.

Ciudadanos, que preside la institución, no descarta presentar moción, mientras lucha para que se debatan las ya registradas.

En Murcia el aún presidente López Miras negó ayer que negocie con diputados de Cs para que voten en contra de la moción de censura de su partido junto al PSOE, mientras Vox le reprocha que no haya disuelto el Parlamento murciano.

Además, PP y Cs pretenden salvar el resto de pactos autonómicos. En Castilla y León el presidente Alfonso Fernández Mañueco (PP) y su vicepresidente, Francisco Igea (Cs), han garantizado la estabilidad del Gobierno.

También se ha escenificado la armonía en Andalucía y en el Ayuntamiento de Madrid.

El sismo político mueve también a la izquierda, aunque ambos socios del Gobierno descartan tensiones por la alianza de Sánchez y Arrimadas en Murcia.

La portavoz del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, señaló ayer que la coalición es "firme y estable", ve "una locura" las elecciones en Madrid y cree que Arrimadas debe alejarse del PP y de Vox si no quiere ser "engullido". Si las mociones de Madrid se debaten necesitan su apoyo.

Los socialistas apuntan en el Congreso que Ciudadanos no será un socio más estable que cualquier otro ni irá en detrimento de otros. Y en Podemos admiten que se pueden crear nuevas alianzas, pero el diputado Gerardo Pisarello dijo verlo "difícil".

Más controvertido es el adelanto en Madrid. Los actores políticos contaban con dos años sin elecciones y fuentes socialistas admiten que les ha cogido por sorpresa y lamentan que no se haya previsto el movimiento de Ayuso. Además el PSOE carece de un candidato claro pues muchos descartan que Ángel Gabilondo repita.

La posición de Podemos en Madrid también es débil pues la ruptura con Íñigo Errejón les llevó a ser última fuerza.

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