La generosidad es darse con sentido común y limpiamente a la verdad. En teoría los padres deben ser generosos, escribía mi admirado amigo el Dr. Chamorro en su columna de opinión. Y señalaba al consistorio como ése padre de todos los cañadillas, con los que debería mostrar una mayor deferencia, cuando con sus actos y logros alcanzasen prestigio, reconocimiento y lealtad para con sus habitantes. Igualmente su Academia e instituciones privadas. La generosidad sólo es posible cuando se está libre de resentimientos, partidistas o personales. El resentimiento es la araña que teje la tela del odio. El amor es amistad y reconocimiento. Pedía Chamorro calle y placa para el Dr. García Cubillana, quien desde ATS a director del mejor Hospital de San Carlos, y hoy académico de honor, siempre se distinguió por su entrega a todas las personas, artistas y entidades de su querida Isla. Apoyo lo solicitado desde esta columna hoy, e incluyo a Juan Manuel García Cubillana de la Cruz en ella.
Pero hay más personas que hicieron una Isla mejor. Más feliz y participativa. Porque se sacrificaron por ella. Y están en la memoria del colectivo isleño. En la memoria cotidiana del bien vivir, la armonía, la amistad y no en el odio histérico. Pido la paz y la palabra dijo el poeta comunista Blas de Otero. Pido la paz y la conciencia, opino. El doctor Calap, que vive en la Isla y tiene un currículo más impresionante de la historia europea de la dermatología, publicó en La Razón un artículo sobre el amorímetro. El reconocimiento de entrega a los demás. A los más desfavorecidos. ¿Recuerdo nombres en la Isla? El mismo Pepe Chamorro, que aunque nadie lo diga trató a Camarón en la Venta. Chamorro es en medicina como dicen ahora un "grande" y un erudito y escritor importante. ¿Y Manolito Ruiz? La Bazán sabe de su buen hacer y su buen sentir. ¿Y Miguel Ríos Jiménez, secretario del Ayuntamiento que ya debiera ser hijo adoptivo por su trabajo a favor del mejor San Fernando? ¿Y mi admirado magistrado juez de la Audiencia Provincial, Manolo Zambrano, todo rectitud y anti cohechos y pamplinas? ¿Y el Padre Mohedas, venerado por muchos como santo?
Ahora que se retiran placas y distinciones de presuntos asesinos de la derecha y no de asesinos de cuello y paracuellos, afirmo que el partidismo no es amor. Ellos han donado lo mejor de sí. Ellos y muchos más. El amorímetro es la medida del amor de otros. Dante cantó aquello de "No es tan frágil mi amor que en el instante/ que yo muera se apague: mi ceniza/verás bullir y palpitar amante". En Propercio: "non adeo leviter nostris puer haesit ocellis, /ut meus oblito pulvis amore vacet". Y en Quevedo y en Borges. ¿Por qué iba a ser la angosta Isla menos? Resentimientos y odios pegados a ideologías alejan las cenizas del más puro latir de corazón. La alcaldesa, de todos, debiera de regirse por otras normas menos rígidas. Más humanas. Palabra le honour.
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