Gastronomía José Carlos Capel: “Lo que nos une a los españoles es la tortilla de patatas y El Corte Inglés”

La esquina del Gordo

Un catorce de abril

¿Entonces, qué somos los españoles? Bueno, salvo excepciones y en el fondo, gente escéptica, cansada de ser manipulada, sabedora de que no existe ninguna ideología que nos redima, resignados a ser ignorados

Hace tres días se cumplieron noventa años de aquel fracaso y de aquella estúpida frase: "España se acostó Monárquica y se levantó Republicana". Una imbecilidad también corre el riesgo de perpetuarse. ¿Quiere otros ejemplos? "El estado soy Yo". "Todo para el pueblo pero sin el pueblo". "España es una unidad de destino en lo universal". "El catolicismo es la única religión verdadera". "El socialismo redime a los pobres"… Infinitas, todas suministradas como pasto para el ganado no necesariamente bovino sino obligadamente rumiante.

Pero si nos referimos al recuerdo de aquel 14 de abril del 31 podríamos afirmar que España nunca fue monárquica, por tanto también es falso que un día se despertara republicana, que tampoco. Manteniendo esa falacia contribuimos a faltar a la verdad histórica empeñados en adaptarla al gusto del consumidor. Bastaría ahondar un poco en el sentimiento de los españoles sin perjuicios ideológicos para saber la reacción que produce la fechoría que comete Carlos I ante el Movimiento Comunero, el primer intento del pueblo para reclamar su libertad. ¿Afirmar que lo sucedido hace cinco siglos es el origen de la desconfianza que tenemos los españoles hacia los que mandan?, pudiera parecer exagerado, pero esa es la importancia de la Historia, sobre todo cuando permite el passing shot de todos los Austrias hasta Carlos II y el corolario de los Borbones impuesto por intereses extranjeros. ¡Rey Sol, te adoro, gracias ti pudimos disfrutar de un Fernando VII, de una segunda Isabel…! ¿Sigo?

¿Monárquicos y republicanos de la noche a la mañana, dice usted? Bueno, ya digo, los primeros arrimados a la teta para defender sus privilegios poniendo al pueblo como excusa; los segundos, guacharros en el nido con la boca abierta esperando poder volar rapiñando con el pueblo como pretexto.

¿Entonces, qué somos los españoles? Bueno, salvo excepciones y en el fondo, gente escéptica, cansada de ser manipulada, sabedora de que no existe ninguna ideología que nos redima, resignados a ser ignorados salvo que se pertenezca a una de las tribus —modernamente se denominan Partidos Políticos— cuyos únicos objetivos son proscribir a todos los que sepan (o intenten) pensar por sí mismos —pocos— y que la mayoría responda aplaudiendo a los ¿elegidos? para manipular a los electores y, de paso, a todas las instituciones sean judiciales, económicas, educativas y ahora, además, sanitarias, convencidos de que ya no estarán cuando llegue el momento de pagar los platos rotos por ellos, de ahí sus impunidades.

Pero hablamos de aquel 14 de abril del que se cumplen ahora noventa años. Un movimiento encabezado por intelectuales moderados, políticos conservadores y hasta la Guardia Civil, más la morralla socialista que hasta entonces había pasado desapercibida, camuflada entre los gobiernos de la dictadura de Primo y las dictablandas de Berenguer y Aznar, (el Almirante, no confunda). Lo curioso es que en aquel momento eran poquísimos los convencidos de que nacía la II República (¿Sabe alguien quiénes decidieron su primer gobierno?); cuando la mayoría, incluidos los intelectuales, sólo pretendieron un correctivo serio a un régimen que encabezaba un rey decidido a quitarse de en medio a la primera oportunidad y vivir su vida sin rendir cuentas a nadie, como así hizo. Todo lo demás ya forma parte del circo que se vivió, tan parecido al de hoy, salvo en la actitud del rey actual que borbonea poco.

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