El jueves iba con Guille por la calle, en un paso de peatones me dice: "Mira, Patricia". Miraba al suelo cuando me lo dijo. Levanté la cabeza y miré el horizonte cercano. ¿Dónde?, le dije. Sonrió y señaló con el brazo el suelo que miraba curioso. Estaba como peinado, no sé explicarlo. Habían pasado una máquina que lo había preparado para que el alquitrán se quedara adherido, quiero pensar. Nos reímos. Guille es muy de Patricia. Por lo personal y por lo político. Digo que le gustan las cosas que está haciendo en La Isla. Y ella, también ella, le cae fenomenal. Lo cierto es que dos días después pasaba también por esa calle y me la encontré asfaltada y peinada. Los aparcamientos estaban vacíos por la obra, era una estampa inédita, casi. Le hice una foto con el móvil. La calle, asfaltada, pintada reciente, junto a una placita con césped y arbolado componían una estampa exportable. Y se la envié a Guillermo. Con un comentario: "Mira, Patricia". Me contestó casi enseguida: "Grande Patricia". Me hizo pensar. Guille no es un, no sé, quiero decir que es una persona normal, buen chico, simpático y sincero. No es la primera vez que me habla bien de la alcaldesa. Está al tanto de las intervenciones del gobierno de coalición que preside Patricia Cavada, se encarga de mostrármelas y recordármelas. No sé si para que las ponga en mi dominical Calle Real, la verdad es que nunca me lo ha dicho, pero noto yo que está muy contento con lo que va viendo que se está haciendo. Ciegos los que no lo ven. Digo las calles que se arreglan, los jardines que se cuidan, este tipo de cosas en cierto modo pequeñas pero muy grandes que hacen felices a los vecinos de buena voluntad, como Guille. Por eso lo traigo aquí, amén de su gracejo juvenil, su "Grande Patricia" que tanta gracia me hizo.

La alcaldesa debe saber esto, lo de Guille, y también lo de quienes le hacen críticas por lo que no se hace bien o no se hace, por lo que se espera que haga y todavía no ha hecho. Y no se hacen públicas. Digo que no van a la radio de Santi Muñoz a decirlo, ni a este Diario o al de Antonio Atienza. Ni a las RRSS, vamos. Es bueno para nuestra democracia este diálogo que la gente como Guille tiene consigo mismo al ver lo que se hace en su ciudad. Y no sólo por la derivada inmediata sino por la salud de la Democracia, que en tantas otras cosas deja tanto que desear. Esto es España, donde el mejor alcalde es el Rey, que escribió Lope de Vega entre 1620 y 1623, que ya ha llovido. Guille no ha leído a Lope, todavía, pero ya empieza a comprender lo importante frente a lo que no lo es.

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