Jueves Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Jueves Santo y Madrugada en la Semana Santa de Cádiz 2024

Querido Covid. Te escribo para decirte que, a partir de hoy, al fin podrás recuperarte de estos últimos malos tiempos. Sé que lo has pasado regular tirando a chungo con la gente encerrada en sus casas y siendo vacunada, poquito a poco, lo normal si hablamos de España y, más concretamente, de Andalucía. ¿Quién iba a decírtelo hace unos meses, cuando tenías a todo el país temblando por la fiebre o por el miedo, que iban a tenerte tan arrinconado? Hasta Fernando Simón empezaba a ser creíble, diciendo que iba doblegándose tu curva. Muchos te dieron por finiquitado, te minusvaloraron, cuando afirmaron solazados que la cuarta ola ni era cuarta, ni era ola, ni era . Pobres ilusos. No sabían contra quién se la jugaban. No tenían en cuenta que luchaban contra su propia condición de seres humanos, falibles y reiterativos en sus errores.

Hoy se levantan, al fin, las restricciones perimetrales en Andalucía, querido Covid. Ten un poco de paciencia, espera cuatro o cinco días y empezarás a ver resultados. Tennos en barbecho. Sé que la Semana Santa fue decepcionante para ti, que lo tuviste jodido para continuar atesorando tu merecido protagonismo millenial, pero el verano está aquí ya, reluciente y pleno de sevillanos en su Sanlúcar, de cordobeses en Málaga y de gibraltareños en su puta roca robada. La vas a liar, ya verás. Confía en ti mismo. Vas a hacer tu agosto en mayo. La gente está cansada de tanta restricción, de tanta prohibición, de tanto verse a sí misma la cara en el espejito, espejito mágico de la cotidianidad, y van a salir al carrer en tropel, en manadas asexuales, como los de William Wallace en Braveheart. ¡Libertad!, gritarán, desgañitándose.

Desde hoy volverán los enfados porque el de al lado se arrima demasiado en la playa, por el fumador que te echa el hálito mortal en el rostro, por la que ríe a carcajadas en la barra del bar, por los comuneros que se arracimarán en torno a sus propias sombras en las juntas de propietarios, esas que tanto han extrañado. Y ahí estarás tú, querido Covid, como Vinicius Jr., esperando tu oportunidad en el banquillo, con el estilete afilado y el corazón henchido. Enricovid de Lagarderé. En guardia. ¡Touché!

Y volverán las oscuras golondrinas a confinarse en su balcón, ¿UCI, me preguntas? UCI eres tú. Se saturarán las Urgencias, volverán a agotarse los ataúdes, y dejarán de darnos el coñazo con las elecciones madrileñas porque los madrileños habrán vuelto en peregrinación al Isabel Zendal, Tu reino se hará más fuerte y regresarás a tu trono, querido Covid; se alzará el gobierno del virus que muta y sobrevive, uno transversal y feminista, anticapitalista e integrador. Igualitario, incluso. Mientras se abren las fronteras y las gentes se afanan en ser ellas mismas, en moverse como inquilinas de un gigantesco hormiguero, coge impulso a piernas llenas, empecinado, y demuéstrales que no eres lo suficientemente viejo ni débil. Aún tienes muchos éxitos por lograr, querido Covid. Sólo has de dejar que todo fluya.

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