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Menos mal. Por fin llegó el esperado momento: la retirada del puñetero Pau Gasol. Vete a casa de una vez. Como gran aficionado al baloncesto que soy (una vez entrené un equipo junior) siempre seguí la evolución del peor jugador de la historia de nuestro país. Bueno, el peor no, pero sí el más sobrevalorado. Me refiero al jodido Pau.

Cuando chaval, Gasol era un tirillas. Un niñato enclenque que rehuía de la zona y que se salía a la línea de tres para lanzar a canasta. Alergia al contacto, se llama. Uno de los principales defectos de un pívot que se precie. ¿Cómo puede compararse a Pau con Ricky Mahorn o Bill Laimbeer, esos gloriosos pívots de los Bad Boys de Detroit Pistons? A fuerza de tirar y tirar, acabó teniendo un porcentaje de acierto en triples decentillo, pero tampoco es que fuera Romay.

En la selección junior era suplente y su rendimiento era mínimo. ¡Era tan delgado! Tuvo mucha suerte, eso sí. Enchufado por Juan Carlos Navarro, la perla azulgrana, sus 2,15 metros, esos que tanto ha desaprovechado, le servían para hacer de sparring al mejor pívot de la plantilla, Ronny Seikaly. Iban a cederlo a un equipillo chungo cuando Seikaly huyó y dejó plantado al Barça, dando a Pau la oportunidad de jugar. Como el Real Madrid tenía una plantilla débil, el niñato de Sant Boi los hizo trizas pero, en vez de firmar un contrato vitalicio con el club que se lo había dado todo, el muy desagradecido se inscribió en el Draft de la NBA.

Estos americanos no tienen ni idea. ¿Pues no van y lo eligieron en el pick #3? Menos mal que recayó en un equipo mediocre, los Memphis Grizzlies. Sin embargo, era tan lamentable el nivel de la NBA y tan bueno su comercial de marketing que el tirillas encadenó varias temporadas con números maquillados que lo llevaron, incluso, al All Star. ¡Habráse visto! Un español codeándose -sin mérito alguno- con la crema de la liga. Decían que Van Gaal tenía una flor en el culo, pero el que la tenía realmente era Gasol, que acabó en los Lakers de Kobe Bryant, donde, rodeado de verdaderos jugadores de calidad, consiguió ganar dos títulos. Eso sí, en su primera temporada hizo que los purple & gold perdieran una final que estaba ganada. Vaya bluff, el catalán.

Con la selección española siempre se ha escondido en los peores momentos. Cuando se lesionó en las semifinales del Mundial 2006, dejando a sus compañeros solos ante Grecia, el día que falló aquel tiro ganador que nos costó un Eurobasket, o cuando no tuvo cojones de callarle la boca a Kobe en la final de los JJOO 2012. Amparado por una maravillosa generación de jugadores, se ha ido embolsando medallas por la misma cara. Y ahora, con 41 añazos, el abuelete se subió al carro de un Barça ganador y fue de vacaciones con la selección española -ahora la llaman "La Familia"- a los JJOO de Tokyo sólo para felicitar por Twitter a los atletas españoles que ganaban algo (no como él). Si fuera tan bueno como decían, el jodido Pau nos hubiera hecho ganar a los yankis en cuartos. Tu edad es una pobre excusa, Pau. Hay muchos ejemplos de jugadores cuarentones que han dominado la liga (municipal), así que si ellos lo hicieron, tú también podías, tirillas.

Nunca olvidaré la primera vez que te vi, hace veinte años. Coincidimos en el Barabass, en Cádiz. Tampoco eras tan alto. Ni tan bueno. Pero te me colaste en el water. Allí comprendí que eras un fraude. Ahí comenzó nuestra enemistad.

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