Gastronomía José Carlos Capel: “Lo que nos une a los españoles es la tortilla de patatas y El Corte Inglés”

Ayer celebraron en la Iglesia Evangélica Española de La Isla 150 años de historia en nuestra ciudad. Fue una ceremonia adusta, como suelen, y alegre del grupo de familias isleñas que han mantenido su fe y su iglesia. Fueron durante mucho tiempo los protestantes de la calle Pérez Galdós. Se han sucedidos los pastores y los compromisos de los fieles. Yo los quiero mucho y bien. Puede que sea el católico más luterano de la ciudad pero eso no tiene mayor importancia. La figura de Martín Lutero me ha subyugado siempre, con su teología contundente y su lucha sin cuartel sobre aquella Iglesia romana y pecadora de las indulgencias, o el ganar el Purgatorio en cómodos plazos y demás supercherías afortunadamente superadas. Durante los años del nacional-catolicismo (puede que muchos ni sepan lo que fue) vivieron en el mayor aislamiento pero, cristianos finalmente, supieron resistir y superar graves traumas, como el fusilamiento del pastor de su iglesia del año 1936. Como el amigo de Unamuno en Salamanca. En aquellos años horribles unos asesinaron a sacerdotes, obispos y católicos en general, y los otros asesinaron a pastores evangélicos. Dios nos libre de ver una España cainita, como aquella que algunos no quieren olvidar.

Los cantes de los salmos salían a la calle Pérez Galdós los domingos, la casapuerta de su iglesia tenía un aire de fiesta, digo que se vestían con decoro y sus mejores galas. Ya entonces -hace más de cincuenta años, digo- lo minoritario era realmente envidiable, de envidia sana. En la iglesia de al lado, habían volteado las campanas con estruendo desde mucho antes de la hora del Ángelus, y muchos habían entrado en el templo arcipreste para la Misa de Doce, componiendo un contraste enorme con los minoritarios protestantes. Pero en la iglesia del siglo y medio de existencia existía esa fraternidad de cristianos perseguidos y esa reciedumbre de una fe completa. Ayer no hizo falta nada de esto en la conmemoración del 150 Aniversario. Acudió la alcaldesa de San Fernando, que proviene de una muy importante familia evangélica por parte de padre, lo que no puede entenderse sino como un éxito del progreso efectivo de España, y de nuestra ciudad. Larga vida les deseo a quienes son y han sido siempre una roca inamovible, una voluntad inamovible, una fe de raíces profundas. El tiempo les ha venido dando la razón y el Obispo de Roma fue un día a pedirles perdón por muchas cosas del pasado y abrirle los brazos a la reconciliación. En el centro está y estuvo siempre el verdadero Jesucristo, el Hijo de Dios vivo. Muchas felicidades, queridos paisanos. Que el Señor nos bendiga a todos.

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