La humanidad, tan sabia ella, demuestra no tener la más mínima capacidad de prevención; sólo rectificamos cuando nos pegamos el trompazo; y a veces ni eso.

Sabemos que en un sistema finito es imposible el crecimiento infinito. Los recursos son limitados, se acabarán. Hace décadas que los ecologistas, y algunos científicos y economistas, lo vienen advirtiendo. Estamos esquilmando el planeta, y robándole el futuro a las generaciones venideras.

La economía del despilfarro se ha basado en producir y consumir mucho, y tirarlo todo a la basura. Mientras menos duran los bienes, mejor. Las consecuencias son evidentes, las materias priman se agotan y la basura nos invade.

Ha llegado la hora del decrecimiento, de depender de nuestros propios recursos. La economía globalizada sólo ha servido para aumentar los beneficios de las grandes multinacionales, que han deslocalizado la producción para abaratar costes, desindustrializando a los países desarrollados. Con la pandemia y la guerra de Ucrania, la globalización ha puesto en evidencia sus vergüenzas.

Sólo tendrán futuro los países que dejen de depender de los combustibles fósiles, que generen su propia energía en base a fuentes renovables autóctonas, y que reciclen todos los materiales para dejar de importarlos. Los que sigan al fundamentalismo antiecologista de la extrema derecha y del neoliberalismo desarrollista, terminarán colapsando.

Aunque tarde, en nuestro país se empieza a asumir la economía circular. No tirar nada, todo se debe reciclar y reintroducir en el sistema productivo. Los cambios en la gestión de los residuos van a ser rápidos y sustanciales. A partir de julio todos los municipios mayores de 5.000 habitantes tienen que disponer de sistemas de recogida separada de la materia orgánica para compostarla; recogiéndola puerta a puerta, o con contenedores marrones controlados. En Cádiz, más del 90% de lo que depositamos en el contenedor verde termina en los verteros de Las Calandrias, Miramundo y Los Barrios. En 2020 deberíamos haber reciclado el 50% de residuos; en 2035 hay que llegar al 65%. Sólo los municipios de la sierra han puesto en marcha un proyecto de economía circular. Los demás, ni están, ni se les espera. Llegarán sanciones de la UE. Todos pagaremos tamaña negligencia.