Jueves Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Jueves Santo y Madrugada en la Semana Santa de Cádiz 2024

Zarrías no viene

Ayer, 1 de octubre, expiró septiembre y el tranvía no ha empezado a funcionar

Que yo sepa, Fernando López Gil no tiene pensado traer de nuevo al ex consejero Gaspar Zarrías, condenado a importantes penas en el macro juicio de los EREs, para que nos explique las razones por las que ayer, 1 de octubre del presente año de Nuestro Señor, el tranvía no ha empezado a funcionar. Tampoco Antonio Sanz, el actual consejero de Gobernación y hombre fuerte del gobierno de Juanma Moreno Bonilla, se va a reunir con los medios de comunicación o la llamada "sociedad civil" cañaílla para decirles la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad del nuevo incumplimiento de la palabra dada, o sugerida. La alcaldesa isleña la verdad es que lo clavó, "no lo van a lograr", me dijo. ¿Las razones? Algunas sé, sobre todo de orden técnico, pero está claro que el desastre de gestión (y en Jaén el tranvía no hace ni pruebas, las zonas de raíles se aprovecha como aparcamientos, lo que no deja de ser una crueldad añadida), es clamoroso.

En definitiva, ayer, 1 de octubre, expiró septiembre, o sea, volvió a morir el inolvidable Luis Berenguer e incumplieron la palabra dada los del Gobierno de Juanma Moreno como la habían incumplido antes los otros que había, del mismo modo.

Murió septiembre con una gran semblanza de Rafael Duarte del novelista de la calle Real en este Diario, el autor de Marea escorada, inolvidable. Y sin el tranvía funcionando con normalidad. La vida se había reanudado como siempre, pese a las nubes negras que llegan de la autocracia y la dictadura, los ecos de una guerra cruel, sanguinaria e injusta que dirige un criminal lejano y frío, un lobo estepario que ha aceptado el veredicto de culpabilidad del Tribunal de la Historia.

Se fue septiembre también sin el Juicio pendiente a los implicados en el mayor robo de la historia local, el de la Caja Municipal, más de siete millones de euros de nuestro dinero desaparecidos sin más explicaciones, con la cantidad de cosas que nos hacen falta… Bueno, a algunos les molesta hasta que lo recordemos. Si he perdido la vida, el tiempo, todo lo que tiré como un anillo al agua… Los poetas siempre vuelven en auxilio, como Blas de Otero ahora, para recordarnos que nos queda la palabra, que es la memoria del mundo.

Volvieron a las aulas las niñas y los niños, en los patios de recreo hay un bullicio de vida al mediodía. Bajo el sol todo es ajeno, difuso e impersonal. Nada importa, más o menos. Siguen curándonos en los hospitales, lugares llenos de almas buenas, y la humanidad sigue caminando tortuosamente. Quizá por eso hay siempre un poso de tristeza en el agua cotidiana.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios