Cuando se entra en campaña o precampaña electoral, que viene a ser lo mismo, empezamos a escuchar promesas de los políticos que saben que no van a poder cumplir, sobre todo si éstas no solo dependen de ellos. Ya estamos acostumbrados y, por lo tanto, nada nos sorprende. Pero lo que es muy peligroso es hacer propuestas que más que beneficiar a la ciudad pueden ocasionar un gran perjuicio a la misma.

Al político, y más si está acostumbrado a gobernar, hay que exigirle un poco de rigor en sus promesas. Y en este caso llueve sobre mojado. El anuncio de la creación de una plataforma para reclamar el kilómetro de playa que está en manos de Defensa, nos hace mirar atrás, a una época que al final solo trajo pobreza y la pérdida de una forma de vida.

La Isla hoy, con sus acuartelamientos abandonados, no es lo que era. Sin su medio de subsistencia se ha convertido en una ciudad sin recursos económicos, sin saber dónde ubicarse y sin encontrar un nuevo camino. Hoy se sigue añorando el paseo de los marineros y soldados por la calle Real y toda la economía que movía a su alrededor. Nunca me ha gustado señalar a los políticos. Procuro hablar de políticas. Pero esta vez es muy difícil abstraerse de los pasados recuerdos que provocaron la actual situación de la ciudad. Dice Fran Romero en este Diario que "La Isla ha demostrado que puede lograr todo aquello que se proponga echándose a la calle". Y continúa, sobre la petición del Kilómetro de playa, "hablamos del interés de San Fernando y de su modelo turístico".

¿A qué música nos suena? Puedo entender que los ciudadanos pidan esto. Pero un político con la experiencia del andalucista y además responsable con su partido del cierre de los cuarteles con la promesa de que serían reconvertido en suelo turístico y por lo tanto en riqueza para la ciudad, es por lo menos … lo que ustedes quieran. Todos los isleños tenemos la foto fija de lo que se han transformado los cuarteles. Tiro Janer, Cuartel de Instrucción, Factoría de Subsistencias, Polvorines, Parque móvil, Constructora Naval. Todo estaba planificado para crear riquezas para la ciudad, decían. No digo que no se pueda reclamar el resto de la playa. Pero el gobierno local lleva tiempo en conversaciones con Defensa para llegar a un acuerdo beneficioso para las dos partes, es decir, para Defensa y para la ciudad. Negociaciones con rigor, con prudencia y sin publicidad. Tenemos como ejemplo de cómo hay que hacer las cosas, los acuerdos con el Observatorio.

Por consiguiente, me parece muy peligroso que la oposición, de nuevo, se ponga detrás de unas pancartas que pueden crear crispación. Además, antes de ampliar la playa es más necesario modernizar y crear infraestructuras en lo que tenemos. ¿Cuántos años lleva abierta la playa? No creo equivocarme si digo que ahora es la primera vez que se está actuando en las infraestructuras de la misma. Por consiguiente, por la ciudad un poco de rigor.