Hoy cierro los ojos, me muerdo la lengua, respiro fuerte e intento ser el anfitrión de su lectura y embajador de mi ciudad en esta ventana en la que me asomo cada catorce días.

Si tienes pensado este verano visitar nuestro Puerto, déjate llevar por este portuense, que, desde el perfil más rancio y costumbrista, te ofrecerá varias opciones para disfrutar del tiempo que estés en la Ciudad de los Cien Palacios. Cualquier tiempo que pienses se te quedará corto.

Vamos por el primer día.

En realidad, donde te alojes, me da un poco igual, ya que estaremos todo el día en sus calles, aún así te digo que tienes una variedad hotelera no muy amplia, pero si con mucho encanto.

Si vienes de mi mano, ponte el despertador tempranito, disfruta del fresco de sus mañanas y busca el olor a churros y pan “tostao” que ofrece la mañana céntrica portuense. Entra en la Plaza de Abastos, alégrate la vista con la frescura de su género y por supuesto llévate algo para casa, que es éxito asegurado.

Ahora yo, buscaría el descalzarme sobre las arenas doradas de nuestras playas, hasta fundirme con el frescor y la claridad de las aguas de nuestra Costa de la Luz. Pasearía por su arena mojada, compraría un cartuchito de camarones para oler y saborear El Puerto, para acto seguido ir a buscar un Fino bien fresquito, brindar en catavino por la vida y ver como el sol broncea nuestra piel para que nos llevemos ese recuerdo de este bello rincón.

La copa de Fino nos abre el estómago y es cuando nos toca buscar mesa para disfrutar de los manjares gastronómicos de su cocina marinera. Pavías, gambas, boquerones en adobo, coquinas a la marinera y una carta amplísima para que después de disfrutarla busques la siestecita o vuelvas otro ratito a la playa.

Una vez duchado y a la fresquita, nos vamos al Parque Calderón a comernos un cartuchito de papas fritas viendo los puestecitos de artesanías.

Veremos el atardecer en el Guadalete abriéndose a la Bahía, sentado en una taberna de su ribera, sabiendo que al final de la noche, brindaremos en el cantil del muelle, con una copa de balón por este gran día portuense.

¿Te vienes conmigo un día más?