Ventanas a la calle

La plaza estará cuando esté terminada y no le demos más vueltas. Algo así como el tranvía, devenido en Trambahía. Se puso en marcha cuando se puso en marcha

Seguro que tú has hecho lo mismo que yo. En la plaza del Rey. Mirar por los boquetes que otros han hecho para ver las obras que se hacen para la nueva plaza, la plaza sin la estatua ecuestre del Hijo Predilecto de San Fernando Teniente General José Enrique Varela Iglesias. Borrado de la Historia de la Ciudad por la Ley de la Memoria, una de ellas. No sé quién solía decir que en la Isla abundaban los inspectores de aceras. Esta especie local no sólo se constituye por jubilados, pensionistas, desempleados y personal ocioso en general, también por curiosos connotados y demás vecinos interesados en que todo le salga mal a Patricia Cavada y los que siempre quieren confirmar que todo le salga bien. Vamos, creo que no es mal resumen. Por eso decía. Como quiera que han puesto una especie de "cortina negra" que impide -impedía- ver la marcha de obra tan importante, pues a la altura adecuada se ha hecho un boquete lo suficientemente grande para que los ojos de los vecinos puedan sin mayor problema comprobar si las obras van lentas o rápidas, o si han llegado los suelos, que no llegaba. Bueno, y en general todo lo que vaya a haber allí finalmente. Confieso que ya considero al tiempo una suerte de a priori de la sensibilidad interna (definición que aprendí cuando estudiaba), que viene a significar que el tiempo es el tiempo para ti, para mí en este caso, claro. O sea, la plaza estará cuando esté terminada y no le demos más vueltas. Algo así como el tranvía, devenido en Trambahía. Se puso en marcha cuando se puso en marcha. En realidad la ciudad entera sufrió mucho las obras, más toda la vida comercial y vecinal de la calle Real. Digo que si uno está atento y va a mirar por los boquetes (están en todo el perímetro), puede que no sea muy feliz. Las obras tienen eso, solemos decir cuando las perpetramos nosotros mismos en nuestros hogares. Y lo cierto es que la primavera viene después del invierno, y con la primavera llegan los cirios, los sine labe concepta, los pasos con sus bandas de música y de cornetas y tambores. Y toda la ciudad que se viste de domingo de ramos y de jueves santo porque ahí no han llegado las leyes de la memoria, que están borrando de la historia la propia historia entre A y B, o sea. Y para esa puesta de largo, esa llamada de la tradición católica de España, que pone la Marcha Real en las puertas de las iglesias, la plaza debe estar de dulce. Como otras obras. Las ventanas a la calle son insuficientes, este calendario prima sobre muchas cosas. La cuestión es llegar a tiempo.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios