Análisis

José guerrero 'yuyu'

Urge un giro de timón

Osmajic y Andone son como si jugáramos El Lobe y un servidor en la delantera

El Cádiz va a sudar tinta china esta temporada para mantenerse en Primera División. Antes que nada, si me preguntan por mi confianza en Álvaro Cervera les diré que es total. Ya ha vivido circunstancias similares en el pasado y las ha sacado con nota. Dicho todo esto, creo que se impone un poco de autocrítica desde el banquillo y desde el césped. Sinceramente no sé qué partido vio Cervera para decir que ante al Alavés se hizo un buen partido. Una buena segunda parte, y siendo generosos. Tampoco se puede hablar de que un penalti encajado a los cinco minutos pese como una losa, teniendo más de 85 minutos, más el añadido, para intentar remontar. Los goles en contra pesan como una losa porque el Cádiz no juega a otra cosa que no sea defender el resultado y esperar a que se le parezca la Virgen de Lourdes en alguna jugada aislada. Y eso de jugar a defender está muy bien, porque es la base de lo que nos ha traído hasta Primera desde aquella maldita Segunda B, pero ante depende qué rivales hay que ser más agresivo y buscar la victoria más que dejar la puerta a cero. Ante un Alavés que venía como venía no se puede jugar a defender, sencillamente porque no nos van a salir las cuentas. La situación no es dramática, quedan muchos puntos en juego, pero está a punto de empezar a serlo. Con lo ofrecido hasta ahora, el Cádiz se va a Segunda División de manera irremediable. Y todo lo que no sea reconocer eso es marear la perdiz y ocultar una realidad. Cervera dice que le preocupan muchas cosas, pero no el equipo. A mí tampoco me preocupa el equipo, sino el club, la entidad. Los futbolistas pasan y el escudo se queda. Si hay un descenso los que se van son los jugadores y los que nos quedamos somos los aficionados. No sé si es que los rivales nos han cogido la matrícula, si es que la plantilla es peor que la de la temporada pasada o es que el grupo no acaba de acoplarse ni de entender la filosofía que viene imponiendo el técnico. Lo cierto es que hace falta un golpe de timón inmediato y, sobre todo, autocrítica. Mucha autocrítica y propósito de enmienda. Y el que no aporte, a la calle. El Cádiz no se puede permitir el lujo de tener dos fichas, por ejemplo, muertas en el sitio donde más falta hacen, que es de cara al gol.

Osmajic y Andone son como si jugáramos El Lobe y un servidor en la delantera. Aquí hace falta hacer piña, reconocer errores, plantear situaciones para que un penalti ante el Alavés en el minuto 5 no pese como una losa y que se vean menos dudas, menos nervios en los futbolistas. Y si el problema es otro, como por ejemplo que con esta plantilla no tenemos capacidad para quedarnos en Primera, se dice y se acepta, y si no tenemos que ir a Segunda porque no hay mimbres pues nos vamos a Segunda con Cervera y ya volveremos. Pero creo que el problema no es ese. Este Cádiz ha hecho buen fútbol en partidos de esta temporada. ¿Qué falla? Ni idea. Si esto fuera una chirigota podría arreglarlo, pero no lo es. Solo hay que creérselo en lugar de justificarlo.

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