E N la ya famosa asamblea convocada por la plataforma Revive El Puerto, cuando la mesa presidencial -formada por políticos- quiso darla por concluida, la voz de una mujer, desde el fondo de la sala se alzó airada: "¿Y ya está? ¿Y eso es todo? ¿A eso hemos venido? ¿Y la gente? ¿No tenemos nada que decir?". Aquellofue el pistoletazo de salida para un gran número de intervenciones de asistentes al acto, comerciantes, hosteleros, residentes, foráneos y ciudadanos en general, para protestar, exigir, denunciar, sobre aquello que más le afectaba. Una de las muchas voces escuchadas, fue la del profesor Francisco González Luque, que expuso que, ante la difícil situación que vive El Puerto, desprovisto de sus tradicionales fuentes de ingresos: la pesca, las bodegas o la agricultura; solo quedaba la opción del turismo.Pero no del turismo estacional de dos meses de verano, sino de un turismo de calidad, de categoría, no masificado, establey sostenible.

Un polo de atracción para ese tipo de turismo, y no el único por supuesto, podría ser el Turismo Cultural, aprovechando nuestro valioso y poco conocido patrimonio artístico, pero no como algo que los visitantes que llegaran a El Puerto pudieran ir a visitar y conocer, sino a que vinieran a El Puerto precisamente a visitarlo y disfrutarlo. Citaba Paco González las numerosas obras de arte -muchas de ellas desconocidas hasta para los portuenses- que tenemos aquí; una lista interminable.

Se refería el profesor a aquello que él mas conoce, a las numerosas obras de arte con que cuentan las hermandades y cofradías de El Puerto, como el Cristo del Amor de las Capuchinas, el Retablo de Ánimas, de Ignacio López o la Pasión del Retablo de Benavides, verdadera joya artística.En la Basílica Menor de N. S. de los Milagros, el Jesús atado a la columna, de Ignacio López en las Concepcionistas, el San Ignacio de Juan de Mesa, en la Parroquia de San Francisco.El Hospital de San Juan de Dios, la Puerta del Sol de la antigua Iglesia Mayor Prioral y así podríamos hacer una relación inacabable. Pero no solo es esto.Aparte delo indicado por el profesor, podríamos poner en valor otros espacios que podríanmerecer la atención de los visitantes, como Doña Blanca y las Cuevas de San Cristóbal.

Para esto habría que tomar las medidas adecuadas, tendríamos que ponérnoslas pilas empezando por el Ayuntamiento.Se requeriría dotar las cuevas de San Cristóbal de los imprescindibles medios de seguridad y se necesitaría disponer del personal humano capaz de "vender" nuestro patrimonio.

Luego sería necesario llegar a acuerdos con turoperadores para interesarles por nuestra oferta y conseguir que incluyan la visita a nuestra ciudad dentro de su oferta de viajes culturales.

Es difícil conseguir todo esto, pero el éxito es de los valientes. Hay que intentarlo. Merece la pena y El Puerto lo vale.