El Tiempo Un inesperado cambio: del calor a temperaturas bajas y lluvias en pocos días

Falló el ponente y nos pidieron unas palabras con que iniciar la Merienda de la Sabiduría en Los Milagros. Para quien lo desconozca, este es un encuentro celebrado cada fin de mes y se dedica a alguien mayor de la barriada. Suele iniciarse con un tema del interés de los asistentes. Esta vez eligieron: 'Recuperando tradiciones', así que mi amiga Encarni y yo nos dispusimos a recordar cómo fueron, qué significaron en El Puerto de entonces y qué en el de ahora.

Empezamos con aquellas Navidades relacionadas con la cultura religiosa que actualmente se va desligando de ella. Fue inevitable opinar sobre la invasión de renos y papás Noel que nada tienen que ver con nosotros. Pasamos a los Carnavales, a la Semana Santa y sus ritos, a la Feria y sonreímos recordando esos tiempos en los que se acudía con canastos de comida porque, para la mayoría, era un derroche impensable almorzar en las casetas.

Volvieron sonrisas al comparar la Primera Comunión de los niños de entonces con las “casi-bodas” de ahora. Y el Corpus con la gente arrodillada al paso del Santísimo.

Con la fiesta de la Virgen del Carmen recordamos aquella costumbre de no bañarnos hasta que las aguas fueran bendecidas… Las madres de antes nos llevaban a la playa entre el 16 de julio y el 8 de septiembre, festividad de nuestra Patrona.

Se habló del verano y sus castillos de arena. De los juegos con el clavo peligroso balanceándose en el aire. De la expulsión de los tramposos. De aquellos cantos sentados en círculo, pasándonos rocas pequeñas: “alredor de un fangal, chalorí y chalorá…”. Cantábamos “alredor” y no alrededor.

Cuando tocó hablar del Día de Todos los Santos y los Difuntos la presidenta sugirió que cada uno fuera explicando cómo celebraban estas fechas en sus ambientes familiares. Fueron sorprendentes las de otras culturas. ¡Qué buena lección de convivencia y respeto ante la diversidad de opiniones expuestas!

Los Milagros necesita rehabilitarse pronto.

Entre tanto, urge arreglar sus jardines porque vimos ratas en donde suelen jugar los chiquillos. Agradeceremos la buena intención de quien lo mande ejecutar. Todos, sin excepción, celebraríamos la eficacia municipal.

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