Es la pregunta que deberíamos hacernos. Porque eso de hacernos andalucistas una vez al año no beneficia para nada a nuestra tierra. El sentimiento andaluz debe de estar detrás de las carencias que tiene nuestra comunidad, detrás de las necesidades de los andaluces, detrás de las discriminaciones que todavía sufrimos, el reconocimiento de una identidad, no solo del habla que no es ahora ninguna novedad, es el paro, la falta de industrias, la falta de inversiones en infraestructuras, el cierre de aulas públicas mientras se aumentan los conciertos, la falta de una clara política sanitaria. Es la pérdida de una identidad y de una situación que hace décadas nos llevó a salir a la calle para pedir justicia y libertad. ¿Qué ha pasado para que ese espíritu de coraje esté adormecido?

Me asusta escuchar al presidente Moreno decir que quiere un andalucismo moderado. ¿Qué es eso? Se refiere a que no molestemos, que seamos conformistas. Un andalucismo moderado es que no pidamos que Abengoa no se cierre, que Airbus Puerto Real no se cierre. Son empresas de tecnología punteras que no podemos permitir perder. Me asusta que se esté gobernando con un partido que celebraba, junto al lado de los actos oficiales, un mitin ¿legal? pidiendo la supresión de las autonomías. La autonomía andaluza no es ni fue un andalucismo étnico. Fue y debe seguir siendo un andalucismo social y reivindicativo. Dice en su himno que Andalucía por sí, por España y la Humanidad. ¿Pero que hace España por Andalucía? ¿Es reconocible nuestra comunidad en el Congreso de la Nación?

Desde que Felipe González se trajo la Expo para Andalucía no ha vuelto a haber unas inversiones de ese calado ni su aproximación para nuestra comunidad. El AVE, infraestructuras que vertebraron gran parte de Andalucía, grandes obras etc. significaron un gran apoyo a la modernidad de nuestra tierra. Pero después de esto, ¿qué hemos recibido? Tenemos infraestructuras pendientes desde entonces en nuestra provincia, necesarias para su despegue económico. Desde la crisis de los astilleros seguimos esperando en la Bahía la reindustrialización de la misma. Somos invisibles de Despeñaperros para arriba. Con una caída de la economía por encima del 10%, con un paro por encima del 22%, no podemos tener un andalucismo moderado, tenemos que ser más visible donde se cuece la política. El Rover Perseverance de la NASA que se ha posado en Martes tiene tecnología sevillana. Pues bien, en las cadenas de TV privadas nacionales hacían referencia a la tecnología Vasca de la nave. Esa es la discriminación negativa que sufrimos todavía.

No somos como hace cuarenta años. Hemos avanzado mucho. No debemos perder la perspectiva de dónde veníamos y dónde estamos. Dice el presidente Escuredo en su libro Valió la Pena, que para viajar de Sevilla a Almería tenía que coger un vuelo de Sevilla a Madrid y otro de Madrid a Almería. Esa fue la clave de la explosión andalucista del 4 de diciembre. Hoy ese espíritu ha caído, cuando todavía necesitamos la voz social del pueblo.

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