Era una incógnita cuáles podían ser los mensajes de la reunión de la Fed que finalizó el jueves y otra prever la reacción de los mercados ante los mismos. Y ya hemos despejado ambas.

La Fed decidió mantener el tipo de interés oficial en el rango 0,00%-0,25% y el ritmo de compras de bonos en 120.000 millones de dólares al mes. A su vez, elevó medio punto las previsiones de crecimiento para el año al 7,0% anual y las de inflación (al 3,4% anual a finales de 2021 frente al 2,4% anterior). Se espera ahora un posible adelanto de la primera subida de tipos; en concreto, 13 de los 18 (72,2%) miembros del FOMC se mostraron a favor de realizar un aumento a finales de 2023, situándolos en el caso de dos de sus integrantes en una tasa de un 1,625%. Asimismo, siete de los 18 miembros (38,9%) prevén una subida de tipos de interés a finales de 2022, mientras que hay unanimidad en mantener los tipos en los mínimos históricos actuales en 2021.

Los inversores reaccionaron con ventas en el mercado de renta variable y renta fija soberana (Treasuries), unidas a una vertical apreciación del dólar frente a las divisas de referencia.

La respuesta de los inversores en la región de Asia-Pacífico a la reunión de la Reserva Federal fue generalmente negativa, mientras que en Europa predominó el tono mixto, si bien las variaciones no han sido especialmente relevantes. El Íbex 35, tras cotizar buena parte de la sesión en positivo, cerró con un descenso de un 0,07%, perdiendo el umbral de los 9.200 puntos.

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