La esquina del Gordo

Tiempos de confidencias

Dado el momento, es preferible comentar los peligros a los que estamos expuestos...

Ahora que por fin sabemos el contenido de la despensa de la prima Lilibeth -nada, cuatro fruslerías autóctonas salvo el sherry español, claro-, me atrevo a desvelar un secretillo de mi amiga la condesa cuando tuvo la disparatada ocurrencia de ir en persona a hacer la compra a un supermercado. ¡Qué conmoción entre su servicio! Inenarrable.

Ella, mi amiga, de toda la vida, se ha servido de proveedores de confianza, cada un o en su especialidad. Obviamente no es lo mismo uno dedicado a pescado, marisco y derivados que, por ejemplo, el encargado de frutas y verduras, pero con aquella intempestiva ocurrencia hubo que preparar urgentemente un equipo de asesores próximos, empezando por el lector de etiquetas, provisto con lupa de relojero para acceder a la letra pequeña. Después, fundamental, el bromatólogo, el nutricionista, el dietista como en cualquier casa de vecino.

A estas alturas, todos estamos al tanto a lo que nos exponemos si no sabemos descifrar los códigos, por ejemplo, que los PLU incluyen la variedad, la metodología de cultivo, el lugar de origen y el tipo de mercancía. Es vital saber que si hay cuatro números en la etiqueta y el primero es "4", significa que se han utilizado pesticidas y fertilizantes. Caso de que la pegatina tenga cinco números y el primer dígito es "9", indica que el producto proviene de agricultura orgánica. Cuando aparece un "8" se trata de un cultivo genéticamente modificado, y cuando el primer número es un "0", señala que los productos están cultivados de manera tradicional. ¿Somos o no somos suicidas los que no tenemos esa formación ni asesores bien pagados?

Ya puestos, otro aspecto de la compra, estrategia más bien, es no caer en la dinámica de las ofertas. Quede claro que mi amiga la condesa jamás ha tenido semejantes debilidades; su fe en su jefe de partida está por encima de cualquier tentación gregaria. Las reglas son inflexibles porque son invariables. Desde el aumento previo de los precios por unidad hasta los rappel's de beneficio por consumo que recibe el comercio y casi nunca en beneficio neto del consumidor.

A mi amiga jamás se le ha ocurrido ir de 'rebajas', ¡qué grosería, por favor! Un día lo vio en la tele y tuvieron que suministrarle una tisana con valeriana, tila, té verde y pasionaria -con sus cuatro gotitas de anís, claro-. Fue muy fuerte para ella contemplar esa avalancha desparramada por los pasillos; esos forcejeos por llevarse unas bragas; esos rictus de odio en los semblantes de las derrotadas… ¡bueno, bueno, un horror para ella cuya sensibilidad la demostró cuando vio "Sissi, emperatriz"…! ¡Por favor! Poner como ejemplo de dulzura a aquella irresponsable, extravagante, bulímica y depresiva Isabel de Baviera de tan trágico final supuso una agresión real para ella, como cualquiera de las que reciben los ignorantes que salen a comprar sin asesores especializados.

En fin, dado el momento que vivimos, es preferible comentar los peligros a los que estamos expuestos antes que entrar en la indecencia política.

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