La esquina del Gordo

Sopa de letras

Ni creo, ni confío que ninguna de esas organizaciones carísimas de mantener, sirvan para ayudar a nadie en particular, llegado el momento

ONU, OTAN, UNESCO, OMC, OIT, FMI, UNICEF, OEA… No creo en ninguna de ellas, vamos en el supuesto de que creer signifique lo mismo que confiar; llámelo como quiera, pero, insisto, ni creo, ni confío que ninguna de esas organizaciones carísimas de mantener, sirvan para ayudar a nadie en particular, llegado el momento. Repasar la necesidad de todos estos pesebres y madrigueras que se reparten por el mundo, o el mundo, resulta deprimente. Pero hay más. Bueno, una solo: la UE, ¡tatachán! Ríos de dineros so pretexto de regularizar los mercados canalizando intereses concretos con permiso de los países dominantes y resultados óptimos para los que viven de (o en) sus cargos. El infierno está empedrado de buenas intenciones, pero hasta nuestros bisnietos pagarán las deudas que se contraigan ahora.

Está visto que la humanidad no aprende de sus experiencias y esto, aunque parezca un defecto, a veces, al convertirse en olvido o ignorancia, tiene una parte positiva: reencontrarse a sí misma en lo que tiene de solidaria, de generosa a pesar del empeño masificador al que tienden todas esas organizaciones que en el mundo son y que, para pastar a sus anchas, necesitan borregos sumisos con pienso racionado, no vayan a creer que todo el monte es orégano.

Entrar en lo sucederá después de la crisis sanitaria ¿servirá o no para calibrar lo innecesario de tantas siglas amén de la incompetencia de nuestros gobernantes, esos que presumen de proporcionarnos bienestar, seguridad…? Bueno, maestro, no es hora de elucubraciones, no se trata de imaginar sin mucho fundamento, sino de obligar a los que nos gobiernan a anticiparse a la crisis que sucederá a esta, mucho más trágica y duradera: la hambruna ante el pánico financiero; déficits productivos; cosechas sin recoger; paro endémico; precios inalcanzables; estraperlo… ¡y la revolución bolivariana en todo su esplendor, que será el remate final! Que sí, que para mediados del 2021 todo tenderá a arreglarse; total, cualquiera de las familias en severo estado de pobreza podrá aguantar un año más sin comer, ¿se trata de eso?

Que no, que aquí no pasará porque para eso está la ONU, la FAO, la UE y las demás encargadas de amañar estadísticas. En esta controversia se perderá el tiempo mientras el cáncer de la autocracia devora la democracia, que es el objetivo de muchos, con coletas o sin ellas, que ya están alcanzando sus objetivos.Mientras Europa, el mercado persa de Europa, lanza su moneda al aire sin importarle de qué lado caiga mientras sea suya y permita a los mercaderes seguir en el aguardo con la mano en la frente a modo de visera para ver a las manadas correr despavoridas al albur de su suerte.

Quiero alejar cualquier connotación de sentimentalismo barato —tan de moda en estos tiempos—, pero me remito a citar un solo ejemplo: la relación real entre la OMS y el anciano que muere solo en una residencia y, a más a más, cuando tantas residencias se montan como negocios aprovechando la soledad de los viejos.Las que estén libres de pecado… ya se sabe.

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