Gastronomía José Carlos Capel: “Lo que nos une a los españoles es la tortilla de patatas y El Corte Inglés”

La esquina del Gordo

Sólo lo trascendente

Estábamos obligados a estudiar ¡y a aprobar! asignaturas absurdas como filosofía, latín, griego… ¡un disparate!

Creo que ya lo he dicho: tratar exclusivamente de lo que realmente nos importa, por ejemplo los últimos estudios sobre el mamut. Sabíamos que desaparecieron de la tierra hace más de 10.000 años, que podían sobrepasar la edad de 70 y que no eran más voluminosos que los elefantes corrientes. Claro, esto, así a vuelapluma, nos servía de orientación a los que empezamos el bachiller del Ministro Ibáñez Martín (1939-1951), que obligaba a estudiar ¡y a aprobar! asignaturas absurdas como filosofía, latín, griego… ¡un disparate!, no como ahora que, gracias a los dioses que nos gobiernan, todo se centra en conceptos tan fundamentales como ciudadanía global, prevención de la violencia, sostenibilidad interétnica e intercultural, autonomía moral, ética ambiental, identidades étnico-culturales y de género, reconocer discursos de odio, estereotipos y discriminaciones, identificar casos de racismo y sexismo, familiarizarse con la diversidad lingüística, ¡y matemáticas!, sí, que son útiles si tienen un enfoque "socioemocional" y con "perspectiva de género". Qué rico todo, ¿verdad?

Todos, todas y todes nos sentiremos más seguros cuando admitamos sin sombra de duda alguna que los emprendedores son unos depredadores natos; que es el Estado el que debe asumir todas las iniciativas, desde el primer biberón hasta la eutanasia, faltaría más, porque lo demás son ganas de exigir derechos, hilachas de culturas periclitadas.

Por estas razones, atender exclusivamente a lo importante conlleva a la disyuntiva entre acatar las decisiones de los jóvenes sin experiencia antes que las de los viejos con resabios. Esa disyuntiva, cuando deje de serlo, será señal de que los viejos tendrán fecha de caducidad; si no a santo de qué viene tanto ronroneo con la susodicha eutanasia y el relativismo de las relaciones familiares.

Perdone si no he dejado claro el concepto de la importancia de lo trascendente. Siempre nos quedará París, que en este caso el destino de Ramos, de Messi, de Dembélé… ¿Mesentiende?

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