Análisis

aNA SOFÍA PÉREZ- BUSTAMANTE

Siempre jamás

El ser humano debería trabajar cuatro horas, que es la medida justa para hacer algo útil

Decía Bertrand Russell que el ser humano debería trabajar cuatro horas diarias, que es la medida justa para hacer algo útil (el negocio) sin alienarse, de modo que luego se pueda emplear el resto del día para un ocio enriquecedor con conciencia de lo que es ser libre y disfrutar. Ustedes verán en qué emplean sus cuatro horas laboriosas, y yo les sugiero qué hacer en alguna de las otras. Pueden ustedes pedir a la Asociación de Amigos de Fernando Quiñones que les haga la función de teatro leído Mariquita aparece ahogada en una cesta, esperpento cívico de divertida, tierna y fantasiosa ordinariez de Juan García Larrondo, con Desirée Ortega en el papel estelar de Mariquita y una impagable Nury que en la vida real no sé cómo se llama. Pueden ustedes ir a los Multicines El Centro a ver la película Mary Shelley, dirigida por la saudí Haifaa al Mansour, para saber cómo surgió y quién era el monstruo de Frankenstein. Pueden leer el discurso de ingreso en la RAE del arabista Federico Corriente y enterarse de que nos vienen del árabe dialectal cientos de palabras y modismos que ustedes hacen y utilizan. Por ejemplo, "dormir la mona" (que viene de "muna", provisión, en este caso de vino), o "hacerse una paja" (que viene del verbo andalusí "pashshash", en principio "apaciguar"). O, siguiendo el consejo del poeta Cobos Wilkins, pueden leer la verdadera historia de Peter Pan, de J. M. Barrie, que es una visión inteligente y ambigua de la infancia: "los dos años son el principio del fin"; la madre de Wendy guardaba en su boca un beso que ni su hija ni su marido pudieron nunca alcanzar: un beso muy parecido a Peter Pan. "¿Cómo me conociste, mamá?", pregunta Miguel a la señora Gentil. Pienso entonces en el comienzo de La luna nueva, de Tagore: "¿De dónde vine yo? ¿Dónde me encontraste?', pregunta el niño a su madre. Ella llora y ríe al mismo tiempo, y estrechándolo contra su pecho le responde: 'Tú estabas escondido en mi corazón, amor mío, tú eras su deseo'". He encontrado una foto de mi madre con la risa del beso de Peter Pan. Y al mirar sus 32 años, al pie del árbol de Navidad, he visto que conozco el país de Nunca Jamás. Y que puedo volver.

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