Jueves Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Jueves Santo y Madrugada en la Semana Santa de Cádiz 2024

Enamorarse y ser correspondido no tiene precio. Es un lujo que, cuando se consigue, hay que cuidar y es una relación de dos. Decía R. Tagore que amar no era mirarse uno al otro sino mirar los dos a una misma dirección. Esa dirección que antes, interpretábamos como encarar el mañana, el futuro o el horizonte, ha cambiado radicalmente en nuestros días. La misma dirección ahora es… la pantalla del móvil.

Cuando observamos a las parejas celebrando su amor en restaurantes que supone un esfuerzo importante, tiendo a escandalizarme. En vez de mirarse uno al otro y proyectar un futuro, están fotografiando todo o entretenidos con terceros a través de sus móviles. ¿Estaremos perdiendo la razón? ¿Cuántos más caben en esos momentos íntimos? ¿Qué estabilidad emocional demostramos si recurrimos a la conformidad del grupo de amigos para tomar nuestras grandes e importantes decisiones? ¿Más fotos?

Ojo. No digo que no se cuente con los amigos. Yo presumo de los míos. Pero, estoy convencida de que no hay que ventilar cada momento, ni todo lo que hacemos.

Ese invasor, que parece obligarnos a estar en permanente alerta de qué hacen, dónde están y cómo se encuentran los que queremos, se transforma en un arma de doble filo, y acaba delatando nuestras faltas de independencia y nuestros miedos a equivocarnos.

Enamorados, tratad de apagarlo en San Valentín. Si la economía flaquea, sustituir la cena por paseos en la playa. Es más romántico. De la mano. Sin apenas hablar. Disfrutando la compañía de la persona amada. Aprendiendo a confiar el uno en el otro. Guardando siempre discreción de las conversaciones privadas. Teniendo al mar como único testigo. Pensad cuántos, que no viven aquí, desearían pasear por nuestras costas. ¿Por qué vivir un solo san Valentín cada año?

Aunque la publicidad diga otras cosas, el mejor regalo no tiene que ser material. Es, saber que eres la persona más importante para tu pareja y hacerle sentir, que es la persona más importante para ti. No hay dinero capaz de comprar esto. Para aprender a querer de verdad tenemos que conseguir ratos de intimidad. Sin móviles invasores. Dos. Solo dos.

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