Gastronomía José Carlos Capel: “Lo que nos une a los españoles es la tortilla de patatas y El Corte Inglés”

Si mayo se caracteriza por las celebraciones de las Primeras Comuniones, por la Fiesta de Los Patios y por nuestra Feria, el mes de junio no va a quedarse atrás en jolgorio con las reuniones de despedidas.

¡Cómo cambia todo! Los de mi edad saben bien de esto que escribo.

Cada vez son más las personas que preferimos una vida activa y acudimos a lugares que nos acogen y renuevan. Son las asociaciones con fines socioculturales, como los centros de adultos, las agrupaciones vecinales, o las academias. El fin aparente es renovar los deseos de aprender pero, el más importante, sin duda, es el de servir de punto de encuentro. En estos lugares se oye y aprende. Se atiende y se cuenta. Y cuando la vida aparece canalla, maravillosa, traidora o sorprendente, al menos se comparte con los demás y no se hace tediosa.

Me pongo de ejemplo: tras acabar la última reunión de Voces Lectoras, surgió la posibilidad de salir a celebrarlo. Algo parecido surgió con mi grupo de escritura de la UCA. Llevamos demasiado tiempo viéndonos a través de la pantalla del ordenador y deseamos reunirnos. Alguien organizará una quedada de despedida en Cádiz. No nos quedaremos atrás los amantes del pincel de Bellas artes. Ni los compañeros del colegio.

¿Habrá alguno que acuda por cumplir? Puede ser, pero no será el caso de la mayoría. Esa mayoría asume que en estas convivencias además de disfrutar, se pueden limar los roces que hayan aparecido durante el curso académico. Siempre surge la ocasión en esos momentos desenfadados… sirves una copa a la persona con quien menos sueles conversar y ya te contará por qué prefiere el vino a la cerveza, el queso al jamón o el óleo a la acuarela. Solo hay que querer socializar. Tratar de no vivir como un ermitaño. Pero hay una regla de oro: aprender a preocuparse por los demás.

En fin que, aunque vayamos con mascarillas, el balance final de junio suele merecer la pena.

El peligro de cambiar mi cena de tortilla de espinacas por estos encuentros maravillosos será que después querré que me quede bien el bañador.

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