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Puente de Ureña

Sentirse dentro

Toreó para él. ¿Saben cómo se sabe eso? Porque cuando el arte y la plasticidad del toreo asoman, la gente se queda en silencio

Don David Galván, matador de toros, vino a la Feria de la Isla para, creo, mostrarse en plenitud. Ya sabemos que entre los profetas y su tierra siempre hay olvidos y omisiones y, no era ese el caso, Galván vino a torear ahora que, encajado en los riñones del arte, con el valor arriba, pide paso en el escalafón.

Cortó ocho orejas y dos rabos, pero, a lo largo de las faenas, lo que yo miraba y admiraba, era su manera de torear para él, dentro de sí mismo, pensando y resolviendo. Ahora cuento que lo sigo por internet, que la Copa Chenel fue injusta con David porque sufrió una cogida espeluznante sólo por torear, justo al matar, a un toro de El Estoque, complicado de verdad. Y había cuajado un Pablo Romero, con una faena, como las de ayer, plena de expresión y clase, que en un pase cambiado le propinó una paliza seria. El valor no mermó, la disposición menos, las distancias y las alturas, tampoco, la estética brilló alta.

Se le veía queriendo ser, como él dice en las entrevistas, sin prisa pero sin pausa. Ha estado en la cara de toros sin estilo, siendo fiel a sí mismo y a su tauromaquia. En Alalpardo, o Cadalso de los Vidrios, restos del Valle del Terror, sembrando los cimientos de los sentimientos profundos que lo animan ahora.

Desde que con Nemesio Matilla torease en la Isla con Daniel Luque, David ha cambiado, cimentado sus conocimientos y sus sueños, estructurados en un parón de banquillo y pueblos perdidos por Madrid y Castilla la Mancha.

No vino a la Isla a demostrar nada. Vino a mostrarse solamente, a dejarnos ver la planta que florece donde el alma se juega su sabor.

Ayer lo vi disfrutar, la sonrisa segura, el momento en el que sometía a los toros con su lenta muleta. Su espada ya segura.

Toreó para él. ¿Saben cómo se sabe eso? Porque cuando el arte y la plasticidad del toreo asoman, la gente se queda en silencio. Sin oles, sin biennn… En uno de los toros no quiso música, para sentirse él dentro de sí, como en el campo, como en la vida.

La soledad más grande está en los medios de una plaza de toros, cuando el animal con su instinto y su casta quiere acabarte. Ahí estuvo cumbre Galván hasta lidiando al marrajillo quinto, brusco, manso, corto y violento de Fuente Ymbro.

Enhorabuena David. ¿Sabes en qué se nota que llevas buen camino, también? En los apoderados. Los apoderados de altura o de primera fila sólo están a tu lado cuando funcionas con regularidad y de verdad.

Dentro de unos días, en la Línea de la Concepción, con Manuel Escribano y Curro Díaz, añadirás el encaste de Miura a estos nuevos tiempos. Y, estoy seguro, que Sergio Pérez nos contará la faena densa que vas a ejecutarles. Enhorabuena, matador. Enhorabuena de verdad. La mística ya existe también en tu muleta

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