El Santo Job no era de Cádiz, seguro

Que nadie olvide que el destino de este equipo es sufrir por mantenerse en Primera

Alcádiz no le va eso de estrenar las temporadas en primera con victorias. Bueno, no pasa nada, porque aquí lo que importa es como se acaba y no como se empieza. Lo que si puede ser preocupante es el entorno de negatividad que es está generando en cierto sector del cadismo, con la temporada recién comenzada. A nadie escapa que el debut ante la Real fue un estreno bastante gris y que un vaso de agua en ayunas tiene más peligro que el Cádiz. Pero el fútbol es cuestión de resultados y el gol de los donostiarras vino precedido de uno de los dos fallos clamorosos que tuvimos en defensa (el otro fue el de Espino que casi nos cuesta el 0-2).

La Real dominó, pero tampoco fue aquello una cosa con ocasiones para que nos hubieran caído seis goles. Y si el partido hubiera acabado en empate a cero, cosa factible si no llegamos a cometer ese error, a estas horas estaríamos hablando de un buen empate, con carencias, eso sí, ante uno de los equipos más serios de la liga y nosotros con media plantilla de baja. Por eso no podemos pasar del blanco al negro en un partido (la pretemporada son los padres). La liga es muy larga y hay que ver como evoluciona el equipo, con y sin los lesionados o no disponibles. Que el Cádiz no ha tirado la casa por la ventana en los fichajes es algo evidente, pero ¿hay algún equipo que lo haya hecho? Pues el único que ha fichado en gordo, a base de hipotecar el futuro, es el Barcelona, que incluso tiene fichajes estrella (Koundé) que no puede inscribir antes de liberar salarios en la plantilla. Todo muy normal. El resto, casi más de lo mismo que el Cádiz. No somos ninguna excepción.

Y hoy ante Osasuna tenemos otro partido más que complicado. Y no me quiero no imaginar lo que puede salir de las bocas de muchos si se vuelve a perder el partido. Mirar hacia atrás es buena terapia en esto del fútbol y seria conveniente recordar, por ejemplo, que el año del ascenso a Primera en Chapín el Cádiz perdió los dos primeros partidos de liga (ante Éibar y Lleida) y que por lo cabeza de la directiva pasó la idea de cesar a Víctor Espárrago. El resto de la historia ya lo conocen todos ustedes. Para mí es pronto, demasiado pronto para empezar a preocuparnos ante un segundazo que se antoja muy lejano en el horizonte. Esto acaba de empezar y los nervios empiezan a desatarse a las primeras de cambio. Muy de Cádiz. Muy del cadismo, esa dualidad de pasar del todo a la nada en un partido.

Si hay alguien preguntándose si me encantó el equipo ante la Real le diré que no. Falta mucho por mejorar. Pero me remito a lo dicho de que sin el fallo defensivo aquello pudo ser un empate, que seguramente daríamos por bueno ante toda una Real Sociedad. Y las cosas no pueden cambiar del blanco al negro por un fallo. Nos faltan muchos jugadores para estar al cien por cien y que nadie olvide que el destino de este equipo es SUFRIR, con mayúsculas, por mantenerse en primera. Vamos a darle al equipo y al entrenador un poquito de margen antes de lanzarnos al cuello. ¿No creen?

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