Nos robaron el partido. Así, por la cara, como se les hace a los equipos pequeños en este país balompédico. Metimos 4 goles y acabamos empatando un partido en un último segundo que más pareciera que fuera voluntad o deseo del árbitro, pues tras el segundo gol del Español pitó el final sin ni siquiera dejar sacar de centro al Glorioso, un Glorioso que, de la mano de Sergio parece, otro. No digo que vayamos a ganar la liga bajo la custodia del nuevo entrenador, evidentemente, ni que vayamos a salvarnos, cosa maravillosa, pero muy difícil, a pesar del estupendo segundo tiempo de ayer, pero sí se puede afirmar que el equipo es otro. A pesar de las bajas y a pesar de empezar el partido ya con un cero a uno que hacía presagiar que el Glorioso se derrumbaría, vimos cómo desapareció la cultura del pelotazo de la época de Cervera. Sergio ha apostado por jugar, por tener el balón más tiempo en nuestras botas, por poner dos puntas, Choco y Negredo, que jugó un partidazo en la única zona donde él puede y sabe jugar, es decir, en el área contraria y no por la banda derecha adonde lo colocó en el último partido un Almirante que había perdido el astrolabio, el sextante y la brújula en sus últimos partidos y parecía que se le había olvidado que para meter goles hay momentos en que hay que poblar el área contraria. Si tú no tienes 4 o 5 amarillos en el área contraria en los momentos decisivos, no vas a hacer diana jamás. Y así vinieron los 4 goles. Y cada oveja con su pareja: la Furia Gitana finalmente volvió a ser central, sabiendo todos que de centrocampista es transparente, junto con el experimentado Cala, quien une escuela de años en primera y sabiduría táctica junto, con cierta falta de velocidad y ausencia de cintura. Pero ¿qué cintura tenía Koeman? y manejaba la defensa como nadie. ¿Por qué? Porque tenía una cabeza privilegiada y estaba siempre en el sitio al ver el fútbol unos segundos antes que los demás. Los laterales los cabales: Iza y el espinoso Espino, que nos da todas las jornadas un recital de testiculina refinada. Qué centro sacó en aquel gol. Es que cree en lo imposible. En el centro puso a un santo que más vale que espabile, porque fue invisible. Si no lo quiere el Valladolid (en segunda) ¿cómo nos va a arreglar el equipo? Si no tiene sitio en el Valladolid, ¿cómo va a ser útil para un primera? Y dio alas a Aléx en donde siempre debió jugar, donde sabe mover la bola. Recuerdo cómo con Cervera jugó de media punta, por detrás del hondureño, de extremo izquierdo y… hasta de lateral de derecho. Lo volvió loco. Creo que Sergio le habrá dicho: tú eres la lucidez del equipo, haz lo que sabes hacer: quedarte con el balón, distribuirlo a derecha, izquierda y "palante" y nunca pegues el pelotazo de antaño, porque, cuanto más rápidamente llegue la bola arriba, más pronto la tienes cerca de tu área. Y dos extremos: el estilista Perea y el veloz Salvi. Y dos 9, de manera que si se hacían las cosas bien, el 4-4-2 de siempre de Sergio y del querido Cervera, pasaba a un 4-2-4 que nos permitía jugar muy cerca del área del rival y crear un peligro que no hemos tenido en los últimos seis años.

Aunque, No quiero terminar este artículo sin referirme al Almirante. Ha sido el entrenador que más gloria ha dado al Cádiz, pues ir de segunda be a primera es algo muy difícil de conseguir. Y siempre se lo agradeceremos, pero muy a menudo lanzaba mensajes negativos sobre la pobreza de la plantilla para justificar su visión amarrategui y pobretona del fútbol. Ayer se vio que la plantilla no era tan mala como nos decían, y se vio vibrar al Carranza como hacía mucho tiempo que yo no lo veía. Me refiero siempre al segundo tiempo. Otra alegría. La alegría que da no jugar con el culo dentro de la portería, cosa que ocurrió en los minutos finales y lo terminamos pagando. En el primero, de mucha menos emoción y calidad se oyeron pitos, Cuidado, nunca pitemos al Glorioso, porque nos estamos pitando a nosotros mismos, pues en lo referente al mundo de la pelota, el Glorioso eres tú.

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