Jornada de descensos, tras los significativos descensos de ayer en los principales índices del mundo, que evidencian el menor optimismo y confianza en las negociaciones entre Rusia y Ucrania.

No obstante, las últimas declaraciones de los banqueros centrales en las que endurecen el tono provocaron una disminución considerable en el apetito por el riesgo. En efecto, este sentimiento del inversor se reflejó muy bien en las actas de la Fed publicadas el pasado miércoles. En las mismas, se muestra la intención de los banqueros centrales de dejar vencer 60.000 millones de dólares en Treasuries y 35.000 millones en MBS, para probablemente comenzar a vender en el año 2023.

El mercado en general centró por tanto su foco en la evolución de los precios y en cómo estos pueden afectar a otras variables como el crecimiento y el mercado laboral, que podrían comenzar a sufrir nuevas revisiones y aumentar así los temores de estanflación o recesión. En Asia Pacífico, este crecimiento podría frenarse tras un incremento de los nuevos contagios que se han traducido en medidas severas de confinamiento y restricciones en ciudades como Shanghái.

En Europa el Eurostoxx ha caído un -0,59%, arrastrado por el DAX 40 (-0,52%). En España, el Íbex 35 cerró por debajo de los 8.500 puntos tras caer un -0,17%. Las mayores subidas fueron para Ferrovial (+2,48%), Bankinter (+2,42%), Sabadell (+2,21%). Protagonizaron las caídas Iberdrola (-2,33%), Grifols (-2,20%), Acerinox (-1,82%), Siemens Gamesa (-1,77%), IAG (-1,76%) o Amadeus (-1,67%).

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