Querido Manolo: Te escribimos esta carta entre todos, entre todos los que tuvimos el honor y el privilegio de compartir contigo el Gourmet y convertirlo en nuestra segunda casa, donde tanto Paqui como tú nos hacíais sentirnos mas cómodos y "más mejó" que en la nuestra. Porque el Gourmet era mucho más que una tienda: era punto de encuentro de exigentes y pasarratos, de ejecutivos y currantes, de jóvenes y mayores... en fin de todos. Uno detrás de otros hombres y mujeres, allí entrábamos y casi nunca sabíamos cuando salíamos, porque tu generosidad y tu grandeza te hacía sacrificar lo que fuese, hasta tu comida del mediodía y la siempre reparadora siestecita tan necesaria para coger fuerza para la jornada de tarde, con tal de no interrumpir el buen rato que estábamos pasando, o escuchar nuestros lamentos y tristezas, fuese quien fuese el que estuviera allí sentado alrededor de la ya mítica barrita de tu "tienda", como tú siempre la llamabas. Y de repente llega un fatídico domingo de noviembre y te vas y nos dejas aquí abajo a todos, familia incluida, jodidos y tristes porque no se nos ha ido un amigo, se nos ha ido Manolito Gourmet, con lo que eso significaba.

Ese gran periodista y amigo llamado Pepe Monforte te recordaba en una columna entrañable, tu carácter de emprendedor pionero en abrir en tu querido Puerto la primera tienda Gourmet, con lo que eso significaba en aquel entonces. Con esta apertura regresabas de nuevo a tu ciudad, tras el periplo de Carrefour donde, siempre acompañado de tu fiel Paqui, ocupaste puestos de máxima importancia y responsabilidad en distintas provincias de Andalucía. Pero cuando llego el día y el vaso de las añoranzas de tu pueblo se llenó dijiste me voy pa El Puerto y como no podía ser menos lo hiciste por la puerta grande.

Explicar lo que es El Gourmet es muy difícil y hay que estar allí para poderlo hacer y que los demás lo entendieran. El Gourmet, como muy bien por cierto define uno de tus amigos, era algo mas que una tienda de productos selectos ya que tú, sí Manolito, tú y sin olvidarnos de Paqui, siempre captabas en nosotros el sentido del humor y el de cuando algo no nos iba bien, y siempre tenías la palabra, el gesto y el comentario adecuado para que compartiéramos nuestros éxitos con los demás y nos liberabas un rato cuando los marrones eran los que dominaban nuestro estado de ánimo.

Dicen que la vida sigue y que tenemos que seguir viviendo, eso es muy bonito decirlo y está muy bien, pero quillo, es que nos has dejado solos. Es que ayer, hoy y no sé cuantos días más nos ha llegado el momento de preguntarnos ¿qué hacemos sin ti?. Es que Manolo nos lo has puesto muy difícil a todos. Pero con mucho trabajo y con tu ayuda, desde la inmensidad de esos cielos donde debes estar ya con tu catavino de "fino en rama" en tu mano izquierda, ocupando un lugar preferente, porque así te lo has ganado, vamos poco a poco a ir navegando hacia la normalidad, sin olvidarnos ninguno de tus queridas Paqui, Rocío y Marta. Ellas serán nuestras referencias ya que es el mejor legado que nos podías dejar.

Amigo entrañable, consejero infatigable de nuestras alegrías y tristezas, marido y padre ejemplar, échanos un buen cable y no te olvides de nosotros.

Descansa en Paz

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