Análisis

José Joaquín León

Reaccionar a tiempo

A veces el plan B (que es mover el balón con sentido, sin patadas a seguir) funciona

La victoria del Cádiz en Alcorcón fue merecida. Aunque la consiguiera cuando se quedó en superioridad por la justa expulsión de Laure. El Alcorcón no había hecho nada para ir ganando hasta entonces, excepto aprovechar un regalo en la única ocasión de gol que crearon en toda la mañana. Por el contrario, el Cádiz tuvo luces y sombras, padeció a un árbitro casero y ciego en el área local, y reaccionó al final, cuando el entrenador hizo retoques para jugar al fútbol en vez de dar melonazos. A veces el plan B (que es mover el balón con sentido, sin patadas a seguir) también funciona, señor Cervera.

Hubo cambios en la alineación. El de Matos como lateral zurdo era por lesión de Brian. La entrada de Edu Ramos por José Mari era porque el roteño venía de una racha bastante floja. La entrada de Querol como ariete era porque Lekic no ha marcado en los últimos partidos y porque no han fichado a un buen ariete en el mercado de invierno. La inclusión de Aketxe era porque no estaba Manu Vallejo. Pero ya he escrito que Aketxe debería ser uno de los mejores refuerzos de la segunda vuelta. Ayer intervino en los dos goles.

En la primera parte, el Cádiz no pasaba apuros, pero apenas creaba peligro. Machís no tenía opciones, Salvi (que no está en forma) tampoco y Querol batallaba en plan Carrillo. Parecía un partido para irse 0-0 al descanso. Hasta que llegó la gilijugada de la mañana. Merecedora de análisis, como los dos goles encajados en Oviedo.

El gol vino precedido de una falta clarísima a Querol, que el casero árbitro catalán Ávalos no pitó. El balón le llegó a Borja Galán, que se quedó solo tras pasar entre Rober Correa y Garrido (lamentables ambos en la jugada), dio el pase de la muerte a Dorca, y el balón entra por el palo de Alberto Cifuentes, que no reacciona a tiempo.

Pudo empatar el Cádiz en la última jugada del primer tiempo, tras una jugada precisamente de Rober Correa y Garrido, cuyo remate forzado salió fuera con toda la portería para él.

Primera parte en la que el Cádiz se fue perdiendo por dos fallos. Nuestro recordado Eddy Silvestre había corrido 5,9 kilómetros, más que todos los jugadores del Cádiz.

Así estuvo el partido hasta el minuto 80, cuando se produjo la justa expulsión de Laure por un derribo a Lekic. Antes de eso, el Cádiz dominó sin puntería. Aún más cuando entraron José Mari y Álex.

El Alcorcón defendía los córners y faltas como si jugaran al rugby. El árbitro Ávalos se tragó dos penaltis: uno a Edu Ramos y otro clamoroso de Eddy a Garrido, al que agarró y derribó con alevosía. El árbitro no se cortó en la expulsión, pero después consultó al juez de línea el gol del empate, remachado por Marcos Mauro, en el que había un jugador del Alcorcón en la misma raya, además del portero. Menos mal que no lo anuló. Hasta los comentaristas de televisión reconocieron que había sido gol.

Después llegó otro, que se fabricaron entre Aketxe y Machís. Y llegó en un saque de esquina, pero a favor del Alcorcón. Con razón se dice que el Cádiz aprovecha el balón parado. Aketxe bordó el contragolpe y Machís demostró que es un extremo de Primera División. En el fútbol es más probable ganar con buenos futbolistas.

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