Auna ciudad y a un territorio lo definen su geografía, su historia, su patrimonio, sus tradiciones, sus gentes… Nadie en El Puerto pone en cuestión el valor del río Guadalete, aunque la ciudad le haya dado la espalda, o las playas, aunque hayan sido enladrilladas. Pero se sigue sin valorar los pinares, esas arboledas que le han dado singularidad al paisaje litoral.

Quienes se autoproclaman "portuenses de pro" han propiciado la destrucción de este valioso patrimonio para favorecer los intereses especulativos de empresas a las que sólo les interesa El Puerto para enriquecerse, aunque sea a costa de destruir su patrimonio y su historia. Se han destruido bodegas históricas, casas de cargadores, yacimientos arqueológicos y muchos pinares, sabinares y retamares que conformaban la esencia de nuestra ciudad. Todo sepultado por el tsunami de ladrillo, asfalto y hormigón.

Cando creímos que habíamos aprendido la lección, que destruyendo no se construye ningún futuro; cuando todavía no habíamos superado la anterior crisis, el ayuntamiento resucita viejos proyectos para urbanizar algunos de los espacios forestales más valiosos de nuestro municipio.

Si se hiciera un ranking de los bosques de El Puerto, el número uno sería sin duda el Rancho Linares. Es todo un lujo tenerlo tan a mano, por su frondosidad y, sobre todo, por su biodiversidad, pues es el bosque con más especies de flora del municipio, más de 200, todo un récord.

Una empresa lo quiere urbanizar, pero su compromiso con el Puerto es tan grande que cuando había conseguido del equipo de gobierno (PP-Cs y un poquito de Vox) el compromiso de aprobación del Proyecto de Urbanización, lo vendió a otra, que, revalorizados los terrenos sin haberse siquiera puesto un ladrillo, lo ha vuelto a vender a una tercera. Empresas comprometidas con El Puerto; tan es así, que nos regalan la pedrea de su pelotazo: una rotonda.

El alcalde, la concejala de Urbanismo y el de Medio Ambiente se han prodigado en reuniones con los promotores de esta innecesaria urbanización, pero se han negado a visitar este bosque, pues declinaron la invitación de Ecologistas en Acción para conocerlo. Aprueban una urbanización que incumple la legalidad y que destruiría un magnífico bosque, sin siquiera conocerlo. Todo muy lamentable.

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