Amigos, no quiero estropearles el lunes pero el mal siempre acecha, como todos ustedes saben, y no por nada en especial sino por sistema. Somos así. Medio malos. Y si bien es verdad que hay gente buena, la naturaleza lo compensa haciendo que otra gente sea mala integral. Y si no bastase, para eso están los periódicos: para contar siempre y solo lo peor. Luego está la ley de la entropía, que viene a decir que todo se va a pique más pronto que tarde. Dicho lo cual, yo voy a contribuir aquí con mi granito de confusión, que es a lo que aspira todo columnista que se precie: a histerizar.
Hay que ver más la tele. Toda persona cuya felicidad dependa de un hombre debe saber que su hombre no puede oler a florecitas. Debe usar Old Spice. ¿A qué huele Old Spice? Llevo sexenios analizando el discurso del anuncio y creo poder decir que si a algo huele es a rabo. ¿Y cómo puede depender mi felicidad de que mi hombre huela a rabo?, se podrá preguntar alguna persona educada que tenga las hormonas políticamente correctas. Mi respuesta: hay compañías de cosméticos aliadas con empresas publicitarias aliadas con el mal. El mal anida en el mercado. Veo en el telediario que andan estrenando un prototipo de vehículo que te transporta por el aire. Es como un helicóptero pequeño con cuatro drones con aspas. Ahora que toda mi ciudad es un carril bici, ¿debo prever que se me llene el aire de gente montada en dron? ¿Ya no podré ver el horizonte? ¿Y qué prisa tienen ustedes? ¿No han visto el anuncio del tomate que viaja en camioneta por una carretera soleada, sin preocuparse de nada, porque viajar no es más que desplazarse de un punto A a un punto B? Mi respuesta: el mal anida en la prisa y la velocidad y el combustible y la ambición y la ley del deseo. (Quizá también en Orlando, que ha secuestrado al tomate.) Veo que un partido político ha dado un giro gramatical y ahora se llama Unidas Podemos. ¿Pero qué pasa si no soy mujer y no puedo estar unida? ¿Si no soy persona sino persono? ¿Si por error me eché Old Spice y me ha salido rabo? ¿Es lo mismo rabo que coleta? ¿Se unirán? ¿Nos uniremos? Es el mal. El mal está en el lenguaje. Mañana se verá, pero no se hagan ilusiones.
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