Viernes Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Viernes Santo en la Semana Santa de Cádiz 2024

Todos los demonios de la mala suerte, se atisban, se infieren, se califican y se temen. Conozco gente culta, centrada y de las otras. Y, a veces, te sorprende que alguien señale a alguien, tildándolo de gafe. Son los atavismos del azar. Un poco la lucha del libre albedrío contra el omnia scriptum est, que es lo contrario o su antinomia.

Ser gafe equivale a una muerte social, según se mire, y uno de los últimos, señalado por la oposición, nada más, fue Zapatero. El otro día el Nili, tauromatólogo, según él, avisaba de un gafe en Vistalegre. Jarocho, etimológicamente faroto o de Veracruz, según Nili, que militaba en la cuadrilla de Víctor Barrio cuando lo mató Lorenzo, de los Maños y en la de Iván Fandiño cuando lo finiquitó Provechito de Baltazar Iván. ¿Y cómo lo deduces? Porque era él el que figuraba en ambas cuadrillas. Y el otro día toreaba con Manuel Perera al que un toro le sacó las tripas, igual que a Joselito en Talavera.

El caso es que Joselito tiene fama de gafe per se. Lo Mató un toro llamado Bailaor, de la Viuda de Ortega en 1920, y el año de su Centenario se declara la pandemia que es el pandemónium que por poco acaba con la fiesta y con nosotros. El citado matador tenía a sus órdenes y como hombre de confianza a Enrique Berenguer, Blanquet, quien olía a cera cuando la muerte rondaba por el ruedo. Olió a cera cuando el toro mató a Gallito, y cuando Granero paró para hacerse una foto en su camino a la plaza de Madrid y Berenguer, que iba con él, le dijo, cuentan, que era la última foto que se hacía. En la corrida olió a cera y Pocapena mató a Granero. También militó en la cuadrilla de Sánchez Mejías, muerto de cornada, al que Lorca cantase lo de la muerte puso huevos en la herida y un ataúd con ruedas es la cama.

Curiosamente las diez alternativas dadas por Joselito estuvieron también marcadas por la mala suerte, o el mal fario, pues la muerte y los infortunios acompañaron a sus protagonistas. Solo dos de ellas llegaron a buen puerto aunque no como toreros. Cinco de sus apadrinados cayeron como él en los ruedos, muertos por las astas de los toros: Florentino Ballesteros, Ernesto Pastor, Varelito, Felix Merino y su cuñado Ignacio Sánchez Mejías. Juan Luis de la Rosa cayó asesinado en Barcelona en 1937 durante las revueltas callejeras en plena guerra civil. Pacorro murió en la miseria más absoluta, Angelete terminó inválido por una gravísima cornada y un desafortunado accidente, y sólo acabaron medianamente bien Camará y Dominguín. A Ballesteros lo mató el toro Cocinero de una cornada en el pecho, como la del banderillero de Aguado en Vistalegre, a Ernesto Pastor se lo llevó la sepsis, a Varelito una asistolia terrible, a Ignacio Sánchez Mejías, cuñado de Joselito, la gangrena, a de la Rosa lo mataron a tiros en Barcelona, Pacorro murió en la miseria y a Angelillo un toro lo dejó inválido.

La mala suerte es como un signo o sino. Hay quien no cree en la buena suerte pero sí en la mala. Y hay gente mala que traslada su negatividad. Y el interior de cada persona tiene más colores que una selva otoñal.

Estimo que haberlos, haylos expresión correcta y no como el haiga de La Isla, presidente de tantas, pues cuando funciona como impersonal la tercera persona del singular del presente de indicativo, en lugar de ha, adopta la forma especial hay y si a la forma hay se le añade un pronombre enclítico —algo frecuente en la gramática antigua, pero raro hoy- debe mantenerse su escritura con y, aunque esta letra quede en interior de palabra. Un poco gafe todo, hasta en la lengua. Hay cosas que, bajo el prisma del tiempo, dan estas visiones, tan extrañas como aturdidoras.

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