Sin duda alguna ustedes estarán de acuerdo conmigo en que el país del mundo donde hay más banderas de los Estados Unidos de Norteamérica es en los Estados Unidos de Norteamérica. En lo que tal vez no estén de acuerdo conmigo es en mi suposición de que el segundo país del mundo con más banderas USA es Cuba. Sin embargo, basta con pasear por La Habana u otras ciudades para sospechar que tengo razón. Hay banderas norteamericanas en todas partes: gorras, camisetas, bandoleras, pantalones, pañuelos, banderines en taxis y bicitaxis, etc. etc. ¿Cómo es posible, dada la evidente distancia que existe entre ambos gobiernos desde hace décadas? La explicación es sencilla: los gobiernos están enfrentados, los pueblos, no. Los cubanos se sienten muy cercanos a los Estados Unidos. Critican sus políticas, pero no a su pueblo. Más de millón y medio de cubanos vive allí. Es difícil encontrar alguien que no tenga un familiar o conocido "fuera", en "el norte". Cada hora del día se intercambian miles de llamadas telefónicas desde ambos lados.

Sucede que los pueblos están por encima de los gobiernos, y que aquellos son más estables que estos últimos y sus políticas.

Lo que pasa entre Cuba y Estados Unidos debería suceder en España. La Generalitat de Cataluña ha emprendido un camino contrario a la ley y a la democracia que, lógicamente, encuentra el rechazo del Gobierno español y de la mayoría de los partidos. Ojalá que junto a la aplicación de la ley, el diálogo permita encontrar fórmulas en las que todos los pueblos de España encajen bien; pero mientras tanto, a nosotros, los ciudadanos de a pie nos corresponde apagar los incendios y no echar más leña al fuego. No alimentemos, con nuestros comentarios, el foso entre españoles. Que los pueblos de España no se distancien. Que nos sintamos igualmente orgullos de Cervantes que de Pau Casals, de Goya que de Gaudí, de Picasso que de Tapies. Que las diferencias políticas no enfrenten a quienes llevan cientos de años viviendo juntos.