Max Leopold Wagner, el lingüista, estudió la etimología de gilipollas -no cabe ni uno más, recuerde- ubicándola en el lenguaje caló, donde significaría bobo y torpe y en el diccionario caló-castellano de Francisco Quindale (1870) aparece jily, como inocente y cándido. Prefiero esta inocencia candidada para entender lo que pasa, día a día, en todos los niveles sociales, virtuales y autonómicos, donde la churra, la merina, el odio y las pamplinas manchan la convivencia.

Los actos se suceden tanto en humor como en ira. Aparece el cangrejo azul, plaga nueva, y hay quien opina que ya lo explotarán los restaurantes o que hay que protegerlos, y cuando alguien opina que puede depredar de todo puesto que es omnívoro, salta el que dice el popaqué, po pa qué lo trajeron. Así, el otro día un cerdo vietnamita en una playa, que si las multas, las leyes coercitivas, montar granjas, que el cerdo no contamina como nosotros, que… Resulta que nadie da pie con bola, cada uno a la suya y el insulto colgando como las viejas colillas antañonas sobre los labios del gilipollador.

¿Se han fijado la cantidad de peces exóticos, del Amazonas muchos, que venden en las tiendas de mascotas? ¿El hábitat? ¿El derecho a la libertad? Seis euros y a tu casa. ¿Calidad de vida en una pecera? Po pa qué lo trajeron. Mapaches invadiendo la comunidad de Madrid. Po pa qué… El siluro y el cangrejo americano, invasores, hoy proporcionan una economía boyante a las poblaciones del entorno. La gambusia, el alburno, la avispa asiática, el mejillón cebra… El animalista defiende hasta lo indefendible, las divisiones políticas hacen que se agrupen en plataformas gente de tal cual signo. Creo que al político profesional, en España hay gente que lleva ahí desde que se implantó la democracia, le interesa la crispación de ése volumen. Que incluso crean plataformas para elevar la crispación. Es el río revuelto, y ellos los pescadores que, mientras la gente se encrespa por pequeños problemas, no se fijará en los grandes, no le exigirá que trabajen y cumplan con todas sus promesas.

Encandílate y no pienses. Arde con la pasión y no con las ideas. Horacio, en su Arte Poética, aseguraba que los vocablos envejecen. Y las personas. Pero no los políticos. Que yo te fabrico la pistola pero no las balas. Po pa qué las quiero ajín.

La jambre empezara en Cádiz, tiró pa Puerto Real, la cogieron en la Isla y no la quieren soltar…Coplilla añeja de cuando la Gloriosa. Parece el signo nuestro de cada día. Pero nadie perdona nuestras deudas… Parece que muchos toman en serio su egoísmo y en broma sus carencias. Pero, como máxima sugiero. Estad alerta. Ni siquiera el que miente es capaz de decir nada más.

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