Este viernes, Cádiz perdió parte de su gracia. Perdió parte de su "age". Se fue el día de su santo. Se fue el día del Padre, dejando a su mujer y a sus tres hijos sin uno de sus mayores tesoros. Pero, ayer, en el tanatorio apenas había lágrimas. Muchos aprovecharon, con una media sonrisa, para recordar las decenas de anécdotas que vivieron con José Ruiz Calderón, 'Pepe Manteca'. Ya nada será lo mismo en La Viña, pero la taberna sigue en pie gracias a Pepe y a Tomás, que la están llevando para adelante con un modelo moderno de gestión mezclado con el sabor añejo de su padre, cuyo olor nunca dejará de sentirse en esa esquina de la calle Corralón de los Carros. Cádiz le llora con una sonrisa en la cara como cuando te quitan algo que querías mucho, pero que mucho te dejó en tu vida. Su mujer, sus hijos, sus nietos... todos sabrán gestionar ese "age" con el que supo dar sabor a la Viña.

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