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Análisis

montiel de Arnáiz

Pedroche Quer Muguruza

Son tres mujeres que han ejemplificado gravísimos problemas pendientes de solución

La Nochevieja que nos conduzca a 2019 puede que sea para Cristina Pedroche la del regreso al destape en televisión, el retorno de Pajares, Esteso y la tetita rosácea, Susana Estrada sin Tierno y con Chicote. El listón de la Pedroche está cada vez más alto y pronto no podrá superarlo ni la mejor Ruth Beitia. La conocida presentadora de televisión se ha arrojado en brazos del escándalo sexista apoyándose en el gradual recorte de tela sobre una figura carnosa y deseada por muchos espectadores. Lo cierto es que Cristina ha conseguido que se hable insistentemente de ella, de sus trasparencias y de sus curvas; ha logrado que su imagen salga por doquier y ha protagonizado gran parte de los debates en las redes sociales, con lo que la cadena de televisión a la que presta servicio estará feliz como una perdiz: el uso de la carne sexuada como reclamo de share no ha fallado nunca desde la época de las Mamachicho, Imperioso y Jesús Gil. Es el truco del conejo (perdón) y la chistera findeañera: recuérdense, por ejemplo, a Sabrina Salerno y su escote imposible.

Pero esta polémica Pedrochesca coincide con un momento ciertamente complicado para la mujer española que un día se acuesta con el soberano sopapo que Garbiñe Muguruza y José Mota dieron con su sketch del programa especial de Nochevieja al periodismo y a la sociedad en general y al siguiente se levanta con el hallazgo del cadáver de la pobre Diana Quer tras la detención de su presunto asesino. Normal su desazón; su tristeza y su preocupación. Ya lo avanzó el Rey Felipe: la lacra de la violencia machista no desaparece. La mujer no puede ser un ejemplar de caza, un objeto sexual en busca y captura. Por otro lado, imagino que el feminismo radical estará ciertamente desubicado: ¿el minúsculo vestido de Cristina Pedroche es un canto a la libertad intrínseca y la desinhibición de la mujer, a su derecho a vestirse como quiera? ¿O por el contrario es una muestra más de machismo hipersexualizado y la cosificación de la hembra, que ha de enseñar cacho como si bailara enroscada en la barra de acero del club de Los Soprano para obtener mayor audiencia televisiva?

Lo cierto es que la presentadora ha sido duramente criticada, siendo tildada de choni o poligonera. Cristina es un producto de marketing progre que busca fama para obtener dinero, al margen del factor vanitas-vanitatis, Diana fue víctima de un crimen despreciable que a priori parece tener más que ver con la sociopatía que con el machismo y Garbiñe tiene razón en su denuncia: toda mujer ha de ser respetada con independencia de su sexo o su profesión.

Pedroche, Quer, Muguruza: tres mujeres que -desgraciadamente- han ejemplificado los gravísimos problemas pendientes de solución en este año que acaba de empezar a respirar.

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