Té con Patricia

Cuando un alcalde está en ese estado de ánimo vienen cosas buenas a los pueblos

Esta semana tomé un té con Patricia. Fue una cita aplazada algunas veces por ella y por mí pero finalmente, pese al día lluvioso y gris, muy húmedo, nos sentamos frente a frente. Tenía deseos de mirarla a los ojos y hablar con ella de lo que, me consta, nos une a los dos: el deseo de progreso de nuestra ciudad. Empecé por el principio, digo después de darnos un beso y que ella acomodara el bolso y se pusiera cómoda. Me preguntó cómo estaba porque sabía que había estado con un catarro antipático, le respondí que mejor e, inmediatamente, le dije: Alcaldesa, ¿cómo te compras una silla de mil euros con la que está cayendo? Abrió mucho los ojos y me dijo: ¿Pero tú crees que he sido yo? Es que ni sé lo que vale, han sido los servicios municipales los que han comprado el mobiliario del nuevo ayuntamiento, todo el mobiliario. Me he enterado cuando lo ha dicho la oposición. Y le quitó importancia de inmediato. Verdaderamente esta anécdota de un bien que será para todos los alcaldes y alcaldesas que se sucedan en el sillón, nunca mejor dicho, no deja de ser una anécdota. Mucho más cuando venía de firmar un acuerdo muy importante para la ciudad en relación con la industria de la construcción naval. Una vez más, en la política española, lo pequeño empequeñece a lo grande, lo sin importancia a lo importante. Me habló del Museo Camarón con mucho entusiasmo y felicidad, la empresa que ha retomado las obras lo está haciendo a su satisfacción. Antes del verano estará abierto a todos y será un éxito, cosa en la que coincido con ella. Está la alcaldesa en un momento positivo, con proyectos que cree que se lograrán, algunos muy importantes para la ciudad. Cuando un alcalde está en este estado de ánimo, hablo por experiencia de otros que he conocido, vienen cosas buenas a los pueblos. Le pregunté por el Bahía Sur sin el Corte Inglés y me dijo que lo que viene será mejor de lo que se acaba de ir. Muy convencida. Entonces salté al parque natural, que en cierto modo es un dogal en San Fernando, que la Isla no se salta como alguna ciudad vecina. Entonces tomó su iPhone, puso la foto aérea de la ciudad y su entorno y por el procedimiento ampliatorio me fue diciendo en donde están las oportunidades y los proyectos, también los sueños. En la línea del conservacionismo y la ecología, y en el del desarrollo turístico en la cercanía de nuestra maravillosa playa natural. La invité a que lo expusiera a todos, que hiciera públicos sus sueños. Se quedó en silencio pensándolo. Es el resumen de media hora, nos teníamos que ir a otros asuntos. Estaba de buena mañana porque también Conrado está mejor, lo cual es un magnífica noticia.

Le regalé mi último libro, me invitó al té.

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