Mis hijos tienen unos conocimientos de fútbol por debajo de la media de los varones de su edad. Dan patadas a un balón si están con amigos, aunque lo suyo es el baloncesto. Juegan con cromos de futbolistas si caen en sus manos; y si ven por casualidad un partido en la tele, se apuntan al equipo que vaya ganando.

Pero son seres sociales y les gustan los eventos colectivos, así que la Eurocopa había que seguirla y, a poder ser, con amigos. Ahí, frente a la tele, en el fragor de la competición, rodeados de sus iguales, les escuché decir que Luis Enrique estaba esperando mucho para hacer un cambio, que había que tener cuidado con las jugadas a balón parado o que el equipo debía jugar con más verticalidad.

Repetían frases hechas, recogidas al vuelo de comentarios periodísticos y conversaciones, para convencer (y convencerse) de su dominio del tema. Si hay que hablar de fútbol, pues se habla como lo haría un heredero de Maldini.

Me hizo gracia, la verdad. Solo espero que sea un episodio anecdótico, y que en otros contextos no se las den de enterados, porque es una actitud que no soporto.

Eso de mostrar seguridad sobre un asunto del que se sabe poco o nada, dictar sentencia incluso sobre temas que se ignoran, me revienta. He de decir que, sin haber hecho ningún estudio, a ojo diría que es un fallo bastante más extendido entre los hombres. Reconocer la ignorancia sobre algo, plantear preguntas parece un signo de debilidad en lugar de lo que es: una muestra de inteligencia.

No sé si llamarlo osadía o soberbia, pero hay quien no puede aguantar sin soltar su opinión, aunque sea fruto de una ocurrencia fugaz, aunque no venga a cuento, aunque no tenga ni datos ni contexto, todo por encajar -en el mejor de los casos- o quedar por encima. Desafortunadamente, su actitud no solo los deja en mal lugar, sino que aborta cualquier debate mínimamente interesante, porque ante cuestiones complejas, en lugar de profundizar, se limitan a soltar argumentos simplistas que desvían la atención, del tipo “un chuletón al punto, eso es imbatible”.

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