Los mercados de renta variable mostraron ayer variaciones moderadas, en un entorno en el que los principales focos de atención siguen siendo la crisis energética, las decisiones de los bancos centrales y la situación de China.

La economía china continúa condicionada por numerosos riesgos a la baja sobre su crecimiento a corto plazo, que han llevado a las autoridades a anunciar nuevas medidas dirigidas a estimular el mercado de crédito y a relajar las restricciones de su política zero covid. Decisiones reforzadas por los negativos datos del sector exterior de noviembre, con las mayores caídas de las exportaciones y las importaciones desde la primera ola de la pandemia. De esta forma, se confirma la fuerte desaceleración de uno de los pilares de crecimiento de la potencia asiática, en un momento en el que el país hace frente además a una profunda crisis inmobiliaria y a la atonía de la demanda interna. Los inversores siguen evaluando las dificultades de la gradual reapertura y las incertidumbres en torno a la futura senda económica de China, lo que se reflejó en el signo bajista de las bolsas de la región Asia-Pacífico.

Las noticias de relajación de las restricciones del Covid-19 tampoco impulsaron las bolsas europeas y estadounidenses, a la espera de las reuniones de política monetaria de la semana que viene de la Reserva Federal y del BCE.

En este contexto, los principales índices bursátiles de la Eurozona cerraron con ligeras caídas.

En España, el Íbex 35 perdió el umbral de 8.300 puntos tras cuatro caídas consecutivas, destacando los descensos de Repsol (-2,69%) y Telefónica (-1,93%).

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