Puente de Ureña

Nostalgias y verdades

Enhorabuena a Paco y Cristina que aguantan ante los grandes centros comerciales e internet

La memoria es un grito ante el olvido. La destrucción de los ecos del tiempo tras nosotros. La goma de borrar vanaglorias y voluntades. El fuego en Notre Dame esta Semana Santa debería llamar a los progres sin Dios, que son los cultos, porque lo dicen ellos, izquierda ignara mayoritaria en eso, para aceptar que el mayor patrimonio cultural de la cristiandad se encuentra en los templos. Que los grandes pintores tenían que comer y la Iglesia contrataba y proveía. Apartar la idea de la disolución religiosa es otra fosa común, otra vez de la izquierda, contra el tiempo preservado en pinturas, y tallas y canteros. No privar a las futuras generaciones de conocer ni técnicas ni artes.

Aparte de Hugo, que ya avisaba del incendio en Notre Dame, también futurista escribió que cuando moría un hombre no deberíamos preocuparnos por tan poca cosa, que el odio se comía su cadáver. Como hoy, como todos los díaz.

Es el día del Libro. Bozano de toda la vida, conmemora a Bozano y al Libro. Exposiciones y Lectura continuada del Quijote. Enhorabuena a Paco y Cristina que aguantan entre los grandes centros comerciales e internet. Allí se leerá El Quijote. Nosotros en la tertulia de las Montañas, José Acosta, Irene Alías, Antonio Núñez, leeremos a Julio Cortázar y a Víctor Hugo. A lo mejor, por la leyenda de la palabra fatalidad escrita en una pared, en griego Ananke con su espíritu suave impronunciable y el áspero que sí suena fuerte como una chispa. Que alguna mano borró y que alentó la imaginación del poeta con su sentido más lúgubre y fatal.

También leeremos los versos de Cortázar pero no en Rayuela, que los tiene, sino en Pameos y Meopas, libro que en las tertulias de la Biblioteca Lobo, analizamos hace ya mucho tiempo. "Todos los ojos se elevaban hacia la cima de la Iglesia. Lo que veían era extraordinario. En lo alto de la galería más elevada, más allá del vitral rosetón central, había una gran llamarada que ascendía entre los dos campanarios". Escribió Hugo tan certero en su premonición.

Cortázar en su poema Notre Dame la nuit, afirma rítmicamente, "y en el incendio de maitines/una flagelación de bronce nos agita/enlazados a gritos entre/ángeles carcomidos y quimeras,/rondando en una misma imagen y debate/de leviatán, garganta roja/que me repele y me vomita hasta/arrojarme a la calzada/como tu sombra, esa pared de tiempo". En su tríptico invocaba "un tiempo predatorio levantaba pendones y /cadalsos/ sobrevenían voces, el eco/ de incendios, desentierros y poemas".

Así rendimos libro y homenaje a la catedral ardiente, a nuestra fe y al patrimonio mundial que se quemó entre saetas y discursos, presuntos atentados y estupor.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios