El Tiempo Un inesperado cambio: del calor a temperaturas bajas y lluvias en pocos días

Mientras me dejo llevar por las luces que veo desde mi ventana, mi mente se pierde en los recuerdos de una infancia no tan lejana. Cierro los ojos y el aire se respira distinto, todo me aparece en un blanco y negro que a veces toma pinceladas sepias en las que destacan los colores rojos negros y blancos de los vestidos de pastorcita, a lo lejos, sobreros de paja y una chaleco de borreguito hacen juego con un zurrón y un gorro, como el de los rusos.

Sin pensarlo camino hacia el Teatro Principal, ese que todos recuerdan, ese del que ya nadie habla, aquel con el que se quemaron los mejores años de sesión infantil de las cinco de la tarde del domingo.

Para los padres, una ilusión, para nosotros, deseando seguir con nuestros importantes compromisos sociales, un coñazo. Y entre bastidores todo un elenco más propio de una película de los Monty Python, pastoras y pastores vestidos para bailar una sardana, leñadores de Belén con zurrón y camisa de cuadros, mas parecidos al Olentzero que a los pastores de la anunciación.

Curiosamente, en otro extremo unas niñas con trajes de flamenca que se habían adelantado a la feria. Y aun así, con la total ausencia de un Papá Noel desconocido por aquel entonces, un ambiente de bienestar, de ilusión y de paz que difícilmente regresará.

Verdaderamente aquella era la tradicional Navidad con Amor, en la que no había la suerte de contar con los democráticos Grinch que defendieran los derechos inalienables de quienes no obteniendo respaldo para la organización del evento, tenían el deber de reventar lo que hubiera.

Mis ojos se volvieron a abrir, se esfumaron los rizos de aquella compañera de parvulario, miré la luces y algo me apretó el corazón al acordarme de que a veces es mejor pensar en la ilusión de los menores, dando igual quien se encargue de llevar esa ilusión a las calles. Sonreí acordándome de otros tiempos, con otros medios, y sobre todo, con otra inocencia, pero con la ilusión igual que la que hoy día pueden albergar todos los corazones.

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