Análisis

Manolo Fossati

Vacunas baratas

Hay una vacuna antigua barata, llamada urbanidad, pero muchos no consideran que estén sufriendo ningún mal

Es extraordinario el número de casos de coronavirus detectados en San Fernando, al igual que la cifra de víctimas mortales, en comparación con el resto de la provincia. Y sin embargo, en mis paseos dados por lo estrictamente necesario, sigo observando un buen número de personas sin mascarilla. No hablemos ya de la necesaria 'distancia social', que suele ser respetada por la misma proporción de gente que respeta la distancia de seguridad entre vehículos, es decir: muy poca.

Será que somos más valientes que nadie, porque además (igual es que he tenido mala suerte) me he cruzado con más de tres que protestaban con el rostro descubierto contra la obligación de llevar la protección nasobucal, a voz en grito, con expresiones normalmente malsonantes y contra la obviedad de los datos: "Si aquí no ha pasado casi nada", aseguraban, ufanos y chulescos. Suelen corresponder estos exabruptos con gente de voz desagradable, lo que podría ser un rasgo de coherencia espiritual.

Y algo más que habrán notado los que se fijan en esas cosas, que no sé si serán muchos: en la Isla vuelve a aparecer la suciedad en las calles. Han tornado a la vía pública los humanos (una forma generosa de llamar a algunos) y aquí están de nuevo los papeles, envases y plásticos. Con un añadido más peligroso, puesto que hay quienes no tienen problema en arrojar al suelo de todos sus guantes y mascarillas recién usados.

Dicho lo cual, da miedo pensar en todos esos que reclaman, como si les fuera la vida en ello, que reabran las playas ya, y se produzca la temida invasión humana (otra vez generosamente hablando) con todo su rastro de desperdicios, ruido y derroche de agua en las duchas. Contra esto hay una vacuna antigua barata, llamada urbanidad, pero muchos no consideran que estén sufriendo ningún mal.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios