Análisis

Manolo Fossati

Pequeños hábitos franciscanos

Como tenemos tanto tiempo para pensar, a alguno no acostumbrado le puede dar un chispazo el cerebro

Últimamente me ha dado por imitar a San Antonio o San Francisco de Asís. No por su rectísimo y santo proceder, sino por otras costumbres más anécdoticas: hablo con los pájaros. Afortunadamente, no me responden. Si no, empezaría a sospechar de cualquier tipo de efecto pernicioso causado por este encierro en mi salud mental. El caso es que hablo con ellos. Como tenemos tanto tiempo para pensar, a alguno no acostumbrado le puede dar un chispazo el cerebro. Pero a mí de momento no: un día vine en acordarme de los gorriones y las palomas que cada día importunaban el desayuno de tanto isleño en bares y terrazas, cuando desayunar en casa era una costumbre perdida.

Claro, sería de tanto recibir audios y vídeos de ese gurú adelantado llamado Félix Rodríguez de la Fuente, que me empecé a preocupar de qué comerían ahora esas aves, tan dependientes de las sobras de los humanos. Y ahí me tienen arrojando por el patio trasero, las miguitas y hasta miajones enteros de los inevitables restos de pan que quedan en la mesa o en las bandejas…

Les hablo bajito, con temor de que me escuchen algunos vecinos a los que sé que no gustan los pájaros, ni sus aleteos, ni sus gorjeos, ni por supuesto sus deyecciones. No comprendo tanta aversión: los gorriones tampoco son murciélagos pangolines. El caso es que desde por la mañana temprano ya tengo a los hermanos gorriones aleteando y dando saltitos en el patio, picoteando el suelo. En otro tiempo aparecían a todas horas para robar las bolitas de pienso del plato de mi perro. Ya cuando murió Aquiles (que no los soportaba y los perseguía ladrando hasta la azotea), al principio los veía venir, dar unas vueltas, y retomar el vuelo, seguramente frustrados y sin comprender la falta de su ración diaria.

Ahora, mira por donde, han retornado. Yo siento una pequeñísima e infantil felicidad, y mi vecino probablemente ha vuelto a preocuparse. No le digan que soy yo.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios