Análisis

Paco Perea

Periodista

Misión (casi) imposible

Poquito a poco, partido a partido, el Cádiz está cada vez más cerca de la sima que de la cima. Basta con echar un vistazo a la clasificación para ver la realidad de los fríos números. Ocho jornadas consecutivas sin ganar y otras tantas sin marcar un gol. (Bueno, se le hizo uno al Real Betis en la Copa del Rey, pero de nada sirvió: acabó perdiendo uno/dos). Lo cierto y verdad es que a estas alturas de la competición todavía no sabemos a qué juega el equipo amarillo, aunque he de reconocer que en el choque contra el Rayo Vallecano hubo momentos en los que el Cádiz desplegó un juego bastante positivo, y lo normal es que hubiese ganado. Pero su gafe ante el portal contrario se lo impidió. Y es que ni a puerta vacía -¡ay, los fallos de Salvi, Alvaro García y Barral!-- se acierta mandando el balón a besar las redes. Y así no puede seguirse, pues de lo contrario nos acercamos a los puestos de descenso, lo cual parece un engaño visto lo visto pero es la pura realidad, y entrar en la dinámica de jugar por eludir los puestos de abajo no invita precisamente a ver el horizonte despejado. En consecuencia, hay que confiar en que Álvaro Cervera será capaz de enderezar a este equipo pues ni es tan bueno como cuando ganaba ni es tan malo como para entrar de lleno en los puestos de peligro. Hay que reaccionar ya mismo. Ocho jornadas sin conocer la victoria es demasiado, vamos, como si fuese una misión imposible, lo cual nos cuesta admitir porque se tiene equipo para navegar por aguas menos turbulentas. El próximo reto hay que fijarlo en Almería, donde el próximo domingo el Cádiz debe mostrar su mejor cara, pues lo contrario se entraría en una dinámica que puede traer graves consecuencias. Piénsenlo los amarillos, que cuentan con una legión importante que les respalda y merece más satisfacciones. ¿Vamos a dársela?

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