Análisis

José Joaquín León

Merecida reivindicación

No se hubiera ganado sin las ganas de Dani Romera, un futbolista injustamente tratado

Sigue la racha triunfal del Cádiz, que acumula siete victorias consecutivas. Pero el partido de ayer fue muy espeso, grisáceo, y no se hubiera ganado sin las ganas de reivindicarse de un futbolista injustamente tratado: Dani Romera. Marcó el gol que dio la victoria y estrelló un balón en la escuadra en la penúltima jugada del partido. Demostró, en media hora, que se merece más minutos. No todo es perfecto en el Cádiz. Aunque hubo un aspecto a destacar: ganaron incluso jugando mal.

Dio la sensación de que el Cádiz se despistaba tras pelear la eliminatoria de Copa ante el Espanyol. A pesar de que sólo Marcos Mauro repetía como titular. Pero lo que más acusó el Cádiz fue la ausencia de Salvi y Jairo, que se han consolidado como extremos titulares. Sin dos extremos rápidos, el cerverismo debe reformularse.

Pero como Cervera se empeñó en jugar de la misma manera de siempre, resultó muy complicado. Agra no desborda, tampoco tiene la rapidez que necesita el juego amarillo y no envió ningún centro en condiciones. Por ahí chirriaba el Cádiz. A Lekic no le llegaba un balón digno de ser rematado. Entre Manu Vallejo y Alex se montaron los dos únicos ataques peligrosos, malogrados por el centrocampista, que rotó en tan diversas posiciones que no se le veía fino.

El Rayo Majadahonda le dio un buen repaso al Cádiz en los primeros 70 minutos. Iriondo, un entrenador que ha estado casi siempre en equipos modestos, aprovecha al máximo una plantilla en la que Aitor García (cedido por el Cádiz) es titular, y ayer no hizo de verdugo porque lo impide su contrato. Si el Rayo Majadahonda, movido por Fede como quería, hubiera tenido acierto arriba, se hablaría de otro resultado.

La defensa amarilla estuvo bien en general. Aunque Garrido y José Mari pasaron más dificultades para frenar que en otros partidos. El portero Alberto Cifuentes salvó dos goles con los pies, en los primeros minutos de cada tiempo.

Precisamente la jugada decisiva del partido fue la lesión de Alberto Cifuentes, que rompió el ritmo cuando el Cádiz estaba como alma en pena. Tardó más de seis minutos en ser asistido. Este paréntesis abrió otro partido, con la entrada de Carrillo y Dani Romera para sustituir a Lekic y Agra. Carrillo hizo de Carrillo (es decir, corrió mucho y no remató nada potable), mientras que Romera reivindicó su caso con un golazo.

Una pared con Manu Vallejo, que el propio Romera convirtió con un remate colocado a conciencia. Cuando Dani se lesionó era titular. Y no se sabe por qué Álvaro Cervera le ha condenado después a un injusto ostracismo. A pesar de que es un excelente revulsivo, con velocidad y goles para cerrar partidos. Al marcar, hizo evidentes gestos de que quiere quedarse en el Cádiz. Abrirle la puerta y quedarse con otros troncos de la plantilla sería muy lamentable. En el minuto 97 envió un remate a la madera.

Pero daba igual, el Cádiz había ganado. En muchos minutos sin jugar a nada, o viendo jugar al Rayo Majadahonda. Aún así, ya están en posición de fase de ascenso. Que vuelvan pronto los extremos de verdad. Y que se haga justicia con todos los futbolistas.

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