Análisis

Juan CArlos Rodríguez

Un "Memorial" en La Barrosa

El mismo 5 de marzo de 1911, en pleno centenario de la Batalla de La Barrosa, un eminente ornitólogo e historiador militar afincado en Algeciras, el coronel Willoughby Verner, llega a Chiclana. Verner había comenzado unos años antes a reunir la historia -que luego alcanzaría 28 tomos- de la una célebre división del Ejército británico, la "Rifle Brigade", creada en el año 1800 y que había participado en la mayoría de las acciones de campaña de la Guerra de la Independencia. El 95º Regimiento de esa brigada de fusileros tuvo una destacada participación en la batalla de La Barrosa. Verner, que había alcanzado el grado de coronel destinado en la "Rifle Brigade" -y llegó a estar al mando de su 2º Batallón-, residía en aquel 1911 en su finca de "Villa El Águila", en Algeciras, desde donde había escrito solo dos años antes una célebre obra, "Mi vida entre las aves silvestres en España" -recientemente reeditada por la Sociedad Gaditana de Historia Natural (SGHN) y el Instituto de Estudios Campogibraltareños-, que rápidamente alcanzó un notable eco por "su riqueza escénica, naturalista y cultural", como la definió el profesor José Manuel Rubio Recio. Pero la única intención de Verner en Chiclana -a la que viaja junto a Victor Couper- es hacer "una visita al campo" de la "memorable" batalla de La Barrosa", como luego escribe en el artículo que publica en el periódico "Saturday Review". En esa visita, Verner y Couper van a obtener "mucha información local interesante como para el curso de la acción que espero a incorporar en la futura historia del regimiento", reconoce el afamado ornitólogo. Sobre todo, lo van a conseguir de la mano de un inesperado anfitrión: el marqués de Bertemati.

La traducción del texto de Verner sobre la batalla de La Barrosa -que nunca se había acometido hasta ahora- forma parte de un libro de próxima aparición que publicaré junto al ornitólogo Javier Ruiz. Será relevante, o eso pensamos, porque incorporará otros textos nunca editados o no traducidos al español, que aportan algunos datos novedosos para la reconstrucción no tanto de la batalla en sí, sino de cómo se ha visto en la primera mitad del siglo XX. En este caso, por tres relevantes personalidades que la investigaron acudiendo a la misma playa de La Barrosa. Su título será: "Tres visiones de la batalla de la Barrosa. W. Verner, W. H. Riddell y R. J. Milward: aportaciones inéditas del naturalismo británico a la narrativa de la batalla de 5 de marzo de 1811" (BaRossa Editorial). La decisión de adelantar parte del contenido del texto que Verner escribió en 1911 tras su visita a Chiclana la hacemos porque, presumimos, debe tenerse en cuenta ahora que el Ayuntamiento ha sacado a información pública el denominado pliego de "Concesión del uso privativo de las instalaciones correspondientes al antiguo cuartel de la Guardia Civil en Loma del Puerco". Sobre manera, el desconocido y extraordinario papel del Marqués de Bertemati, que en 1911 no solo era propietario de Campano, sino que el cerro del Puerco estaba aún dentro de la finca de Campano. Manuel José de Bertemati y Pareja era, como escribe Verner, "el propietario del campo de batalla", incluida la misma torre, "la Vigía", como la denomina el ornitólogo.

Verner revela, entre otros, tres datos inéditos de enorme importancia vistos hoy. Uno, la enorme pasión del Marqués sobre la batalla de La Barrosa. De hecho, muestra su entusiasmo por el conocimiento del que hace gala Bertemati señalando "que probablemente sabe más sobre el curso real de la lucha que cualquier hombre vivo". Dos. Verner exhibe su gratitud por, literalmente, "la intención de construir un memorial en el sitio redescubierto recientemente de la Vigía y volver a enterrar allí alguno de los restos de los valientes compañeros que cayeron el 5 de marzo de 1811 que pueden descubrirse de vez en cuando". No solo relata los hallazgos de cuerpos cerca del torreón, sino que el Marqués, además, los fotografía. Y, sobre todo, manifiesta a Verner su voluntad de erigir un Memorial en su recuerdo junto a la Torre del Puerco. Idea que, más de cien años después, ha retomado la Asociación Pro Fundación Batalla de La Barrosa. Y ese lugar no ha de ser otro -no debería- que el antiguo cuartel de la Guardia Civil. Porque, y en tercer lugar, Verner añade también que Bertemati le ha reconocido su deseo de hacer "sobre el terreno una exposición con los restos de la batalla que ha encontrado y puedan encontrarse". Esa intención de Bertemati aún es posible, y perfectamente es compatible con un espacio gastronómico. No habría para el viejo cuartel otro mejor uso. Que, además, podría compartir con otro espacio dedicado al estudio científico de la espátula y su migración sobre la playa de La Barrosa, que acomete el proyecto "Limes Platalea-SGHN", precisamente, desde la Torre del Puerco. La misma torre desde la que Louis François Lejeune pintó la Batalla. El mismo Lejeune que describe en sus "Memorias" como veía sobre la marismas de Sancti Petri: "Miles de pájaros de largas patas, como […] espátulas y flamencos de color escarlata".

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