Maldita violencia

La maldad siempre está cerca de nosotros y a cualquiera puede tocar

Estaba distraído pero dijeron San Fernando, o eso me pareció. Entonces miré la pantalla de la televisión. En una especie de patio cerrado tres adolescentes pegaban a una otra, que no se resistía, paralizada por el miedo y los golpes, por una gran violencia. Alguien grababa en vídeo la escena. Unos planos más tarde vi que se trataba de un instituto de la ciudad, y apareció en la pantalla de las noticias la delegada de Cultura, que también lo es de Educación, deduzco. Del gobierno de Patricia Cavada. Gesto serio, cara triste. No hacían falta sus palabras para comprender, por el gesto duro, la mirada seria, que no se tomaban a bromas el asunto. El monstruo vive cerca de nuestras casas. Pareciera que no volvería a llegar a la Isla el recuerdo del asesinato de Klara, la violencia de niñas contra niñas. Nombrar el nombre de Klara ya me produce escalofríos. Ocurrió la noche del 26 de mayo del 2000 en el Parque del Barrero. Raquel Carles Torrejón e Iria Suárez la degollaron a las once y media de la noche. No había un móvil para el crimen, fueron los ritos satánicos, nos dijeron. Las condenas de las asesinas causaron estupor en toda España. Por lo "suave" que fueron, el poco tiempo en prisión como expiación de un crimen horroroso, de una violencia extrema. Que nos dijo a todos que la maldad siempre está cerca de nosotros y a cualquiera puede tocar. No creo que esta vez se trate de satanismo ni de la uija o cosas raras. Es violencia, pura violencia ciega e irracional. De hecho la siguiente página del telediario nacional fue la información sobre otro crimen múltiple en los Estados Unidos y el tiroteo a un latino de 13 años, desarmado. Que murió por disparos de un policía. Las imágenes de San Fernando del noticiario de las tres han sido bien expresivas. Eran tres contra una, que no se defendía. Lo sabemos porque alguien grabó un vídeo de la paliza, de los golpes, de los tirones de pelos. ¿Qué recorrido tendrá este episodio lamentable que ha ocurrido en nuestra ciudad y que ha llegado a todos los rincones de España y, quién sabe, del mundo? No ocurrió dentro del Instituto, a lo que parece, por tanto no sé qué puede determinar el centro educativo. Ocurrió en otro escenario. Después del viernes, imagino que los padres de la alumna apalizada habrán puesto el asunto en manos judiciales y que los padres de las agresoras estarán contemplando el asunto con la gravedad que tiene con objeto de que nunca jamás vuelvan a involucrarse sus hijas en otros episodios similares. Estas adolescentes no sabían que maltrataban a sus propios padres con su comportamiento infame, a los que habrán creado un gran dolor y congoja. La violencia es así, crea daños por todas partes.

Los padres de Klara llevan todavía en sus caras la tristeza y el desconsuelo. No es asunto baladí la violencia. Es una otra tragedia de nuestros días. Que hay que abordar de un modo definitivo.

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